Cinco años preparando un viaje da cierta idea de que no se trata de un aventura cualquiera, si acaso existiera una tabla para clasificarlas. En realidad, la del barcelonés Aslane Estrems, de 40 años, es una expedición hacia lo desconocido; una larga caravana que comienza en solitario, en una motocicleta de media cilindrada para tratar de descubrir y descubrirse, sin que esto tenga un plazo de tiempo.
Entre Barcelona y Magadán, el punto más al este de Rusia, distan unos 20000 kilómetros. Nuestro protagonista se propone hacer un viaje con una BMW XChallenge 650, una motocicleta de un solo cilindro y más orientada a darse un paseo por la montaña una mañana de domingo que a cruzar sin tiempo definido, de punta a punta, del océano Atlántico al Pacífico, este lado del planeta.
Con él, cinco cámaras e incluso un drone ‘follow me’. Gran aficionado a la fotografía y la escritura, este motero procedente de una familia de viajeros y libreros quiere reportar con detalle su odisea, su aventura hasta alcanzar Siberia, aunque no sea ese el fin último de su viaje.
Aslane Estrems dejó hace tiempo Barcelona para instalarse en un recogido pueblo a los pies de la montaña Montseny. Mecánico aeronáutico, abandonó su trabajo para preparar lo que para él no deja de ser una aventura más que añadir a su largo historial. Un viaje que le ha llevado cinco años preparar y que, con fechas de salida programadas en más de una ocasión, ha tenido que ser retrasado debido a algún contratiempo. Ningún detalle puede dejarse al azar en una expedición del calibre de la suya.
Gran parte del sentido de su “BarcelonaSiberia”, su espacio, es comprobar “Cómo regreso de mi viaje; qué tipo de persona vuelve de Magadán. Tanto tiempo para experimentar y pensar provoca un efecto en la persona. Estás completamente cara a cara con la realidad, la cabeza funciona de forma totalmente diferente, estás más alerta, tienes cuatro ojos. Más incluso cuanto más remota sea tu situación respecto a tu rutina del día a día, a tus hábitos. Careces de las seguridades establecidas en tu calendario y es muy fácil que esto genere un crecimiento personal en el viajero”, afirma Aslane, que escogió Asia porque probablemente sea de los lugares de los que existe menos información. “Me encontraré con tiradas de 2000 kilómetros vírgenes, inexploradas”.
También en Asia, en un viaje anterior, redifinió conceptos como hospitalidad y solidaridad gracias a diversas experiencias con sus gentes. El suyo es un periplo en busca del descubrimiento: saber cómo se sentirá en zonas desérticas, sin habitantes a miles de kilómetros a la redonda; qué sensaciones le aportará el hecho de hallarse solo frente al mundo, con lo puesto. Un experimento emocional.
Aslane no sabe aún si quiere dedicarse a viajar en moto porque, recalca, es hoy una incógnita qué tipo de persona volverá de ese viaje. Sí tiene claro, sin embargo, que a pesar de su extenso equipo de filmación, no va a hacer tomas expresas de las situaciones, de los paisajes o las gentes que se encuentre en su camino. Al contrario: editará, pero tratando de plasmarlo todo con la mayor fidelidad posible.
“Limitarme a reportar: valorar menos y enseñar más”.
Los patrocinadores prácticamente han llamado a la puerta de Aslane por sí mismos. Se ha puesto en contacto con marcas de accesorios de motocicleta explicándoles su proyecto y solicitando ciertos elementos, como una cola de escape especial para su BMW. Algunos han aceptado sin solicitar repercusión mediática a cambio, parecen haberse contagiado de esa pasión, su ilusión por un viaje, haciendo posible que Aslane partiera el verano de 2015 desde la ciudad de Barcelona.