Está en uno de los barrios más representativos de la capital española, en un barrio que debe su nombre al constructor malagueño José de Salamanca y Mayor, Marqués de Salamanca. Aquí, en la calle Serrano se encuentra la que fue una casa y hoy es el museo que concentra, resguarda y expone la colección de José Lázaro Galdiano; una colección que se convierte en una clase de historia del arte.
El primer día de diciembre de 1947 Lázaro Galdiano murió y dejó como único heredero de todos sus bienes al Estado español. Sus bienes representaban en aquel entonces, una de las colecciones más grandes e importantes de arte en España. Hoy, esa colección concentra 12,600 piezas y cerca de 20,000 libros que integran la biblioteca y que en conjunto dan vida desde 1951 al Museo Lázaro Galdiano.
Esta acumulación de riquezas y maravillas que en definitiva se convierten en un tesoro, la integran metales preciosos, joyas resplandecientes, pinturas, esculturas, textiles, libros, armas y un sinfín de piezas únicas. En los pasillos del museo puedes leerse que “para Lázaro Galdiano, el coleccionismo de arte es como una búsqueda de identidad en la creación de un paradigma estético y como vía importante para la educación del pueblo”.
El periodista, editor y coleccionista
Lázaro Galdiano nació en Beire, Navarra en 1862. Estudió Derecho en Valladolid, Barcelona y Santiago de Compostela. Se estableció en Barcelona y mientras estudió, trabajó en el Barco de España; fue cronista de sociedad y crítico de arte en el periódico La Vanguardia. Más tarde se trasladó a Madrid y emprendió la aventura de la revista y la editorial “La España Moderna” (1889-1914). Su afición por los libros y el arte le llevó a convertirse en un experto bibliófilo. Coleccionó ejemplares raros, bellos e interesantes, y logró que su biblioteca se convirtiera en una rica y vasta colección que además, siempre se ha mantuviera unida.
Se casó con Paula Florido. Ella de origen argentino, tres veces viuda, multimillonaria y amante de la conservación, ayudó a Lázaro Galdiano al incremento de las colecciones y juntos comenzaron a construir Parque Florido. Paula murió a los 72 años. Tras su muerte, José Lázaro comienza a viajar solo y a residir durante varios años fuera de España, principalmente en París y Nueva York, capitales en las que formó nuevas colecciones para luego incorporadas a la que había dejado en Madrid.
La colección de Lázaro
Fue la unión de las tres colecciones que reunió Lázaro durante más de sesenta años dedicados con tesón e ilusión a la búsqueda de obras artísticas hasta formar esta colección. La colección española la integran pinturas, dibujos y obra gráfica de Goya, Murillo, Velázquez, El Greco o El Bosco; obras de primitivos españoles y flamencos, la Espada del segundo conde de Tendilla o la monumental escultura de Cristo atado a la columna, del escultor florentino Michelangelo Naccherino. El arte español que aquí se concentra, bien puede ser una clase de historia del arte del país.
La colección de París, por su parte, fue integrada durante la década de los años treinta. Compuesta por pinturas, piezas de mobiliario, libros y objetos artísticos entre los que destaca el conjunto de cerámica italiana, algunos pequeños bronces, medallas, armas de fuego o esmaltes. En el caso de la colección de Nueva York son más de mil obras, principalmente de objetos artísticos, que en conjunto, conforma una concentración de piezas significativas de la historia de la pintura y de la escultura, con importantes objetos artísticos que acentúan la variedad de artes suntuarias, joyas, textiles, platería, arqueología, mobiliario, numismática, marfiles, etc.
Lázaro Galdiano si tenía este objetivo, lo consiguió. Su gusto, su constancia, la dedicación por buscar, encontrar y coleccionar hoy son un museo.