Son las ciudades espacios para la sinécdoque: todo un país cabe en el entramado de las calles, las plazas, los monumentos, los bancos, los bares, los edificios, los transportes públicos. Hay ciudades que se dejan pasear, y otras que no tanto; algunas juegan al despiste, mientras que otras están impacientes por mostrarse. Ese es el caso de las ciudades gloriosas de Bulgaria.
Bulgaria ha sido hasta hace poco un desconocido en Europa. Robert D. Kaplan describió el momento histórico en el que el país pasó de un comunismo trasnochado a la incipiente democracia. Lo hizo en Rumbo a Tartaria. Pero la Bulgaria actual está en sus ciudades, ni siquiera en los libros. Los mapas. Son los mapas los que reflejan la actualidad de las ciudades. Siempre me han gustado los mapas de las ciudades. Ahora, antes de partir, los substituyo por Google maps; pero sigo caminado como Baudelaire y vuelvo de las ciudades con mapas como rayuelas.
Las personalidades de Bulgaria en sus ciudades
Los primeros asentamientos que se fundaron en Bulgaria fueron en cuevas, en las orillas de los ríos Iskar, Yantra y Rusenski Lom. Luego fueron pasando los siglos, y con ellos, las ciudades comenzaron a crecer, los mapas se llenaron de calles, de hogares, de gentes, de mobiliario. Ahora nos aguardan al paso.
La capital Sofía
Es la gran capital y la ciudad más poblada de Bulgaria. En ella, los antiguos edificios comunistas de los 70 perviven con los carteles de las mejores marcas de ropa. El corazón de la ciudad está delimitado desde la rotonda Sveta Nedelia hasta la Catedral Alexander Nevski. La catedral es el monumento más conocido de la ciudad; con sus cúpulas doradas, se ha convertido en todo un símbolo. Fue construida en homenaje a los rusos caídos durante la liberación de Bulgaria del Imperio Otomano.
Uno de los imprescindibles de Sofía es la Iglesia de Boyana, “San Nicola y San Pantaleón”, que se encuentra a los pies de la montaña de Vitosha, en el barrio de Boyana. Está incluida en la Lista del Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1979. Sus pinturas murales son únicas.
Veliko Tarnovo
Si Sofía es la capital, Veliko Tarnovo es capital medieval de Bulgaria. Es un placer deambular por su mercado medieval de artesanía y dejar que el tiempo avance holgazán. La antigua capital de Bulgaria, en realidad fue capital del Imperio Búlgaro, es ciudad universitaria y eso se nota en su ambiente. Su enclave, junto al río Yantra y a 250 kilómetros de Sofía, es de una excepcional belleza. La villa parece estar en constante equilibrio sobre los cerros.
La fortaleza de Tsarevets es uno de los conjuntos monumentales más importantes que visitar en Veliko Tarnovo. Esta construcción se encuentra sobre una colina que ha visto pasar a tracianos, romanos y bizantinos. En su mayoría, fue construida entre los siglos XII y XV. En lo más alto está la iglesia patriarcal, tras caminar por las empedradas calles, alcanzamos el Complejo de los Patriarcas. Desde la Iglesia del Patriarcado, las vistas confirman que Veliko Tarnovo es una de las ciudades más bellas de Bulgaria.
Las iglesias ortodoxas de Arbanasi
A 4 kilómetros de Veliko Tarnovo, se conoce a Arbanasi por la amplia historia que concentra y gran número de monumentos históricos. Sobre todo por sus ricas iglesias de los siglos XVII y XVIII y ejemplos de la arquitectura de renacimiento nacional búlgaro. Todo ello hace de esta pequeña villa, perfecta para pasear, uno de los destinos más populares en cualquier viaje a Bulgaria. Las casonas otomanas se conservan imponentes, como la casa de Constanceliev con sus hermosos jardines interiores.
En Arbanasi está la iglesia de la Natividad, cuya construcción data del XVI-XVII, considerada la obra pictórico-religiosa más importante de Bulgaria. Las pinturas murales son de gran belleza. Al igual que las que encontraremos en la Iglesia de los Arcángeles Miguel y Gabriel.
Museo Etnográfico al aire libre «Etara»
Con menos historia que Arbanasi, pero con encanto. Este museo exterior es una ciudad artesanal levantada en los años 60 del siglo pasado para mostrar las actividades artesanales de los siglos XVIII y XIX. Los talleres suelen estar abiertos al público para comprobar en directo el fabuloso trabajo de los artesanos. Su inicio se dio con la restauración del antiguo molino Karadzheyka de 1780. A partir de este molino, la suma de edificios de este curioso museo nos muestra un pequeño resumen de la arquitectura tradicional de Bulgaria.
Aldea de Shipka
Los montes Balcanes se nos cruzan por el paso de Shipka y nos brinda un encuentro con uno de los paisajes de Bulgaria que nos recuerdan que estamos en un país donde la geografía es mítica y espacio de una dilatada historia. En la aldea de Shipka se visita la famosa iglesia rusa ortodoxa, o también conocida como la iglesia memorial de Shipka. Son muchos los viajeros que coinciden: esta iglesia es uno de los tesoros escondidos de Bulgaria.
Kazanlak, la ciudad de las rosas
Ubicada en pleno Valle de las Rosas, a los pies de la cordillera de los Balcanes, nos aguarda esta preciosa ciudad. Aquí nos esperan tracios –hay una espectacular tumba con frescos helenísticos– y una gran industria alrededor de las rosas. Hasta el 70 % del aceite de rosas del mundo se produce en Kazanlak. A principios del mes de junio se celebra cada año el Festival de la Rosa de Bulgaria.
La ciudad más antigua de Europa, Plovdiv
Plovdiv es la gran sorpresa búlgara. No te cansarás de contemplar la estampa digna de postal de su centro histórico. Multicultural, con gitanos, turcos, hebreos, y armenios barnizando el ambiente con sus propias esencias, los habitantes de Plovdiv sacan pecho cuando dicen que son la ciudad habitada más antigua del Viejo Continente. Hay evidencia de que estuvo habitada desde el año 6000, lo cual es argumento suficiente. Igual que Roma, Plovdiv tiene siete colinas. Tal vez por ello, no sorprenda su rico legado romano. Antigüedades, gastronomía, arquitectura, y bellas calles para recorrer a pie. ¿Quién da más?
Por: Redacción