El muralismo mexicano tiene una historia que no ha hecho más que marcar tendencias y épocas, si bien inició desde la presencia de culturas indígenas, continúo en la Nueva España y siguió fortaleciéndose y marcando una tendencia en las artes durante la primera mitad del siglo XX, es una corriente que hoy en día, está plasmada aún en los edificios más históricos e importantes de México.
Ha pasado un siglo desde Diego Rivera o Alfaro Siqueiros y sus obras forman parte de la historia de México, pero el muralismo no ha muerto, ha evolucionado y con ello el nacimiento de nuevas generaciones atraídas por este medio de expresión artístico. Grandes pinturas que crean atmósferas en edificios, en bardas, en bancas y en paredes, son los medios de estos nuevos artistas que también denuncian, pero a la vez, reforman, construyen, decoran.
Alfredo Gutiérrez, mejor conocido como Libre Gutiérrez en honor a su abuelo, es parte de una nueva generación de muralistas. La próxima semana cumplirá 32 años y tiene más de 10 años en las calles, entre aerosoles, lienzos y grafitti. Estudió arquitectura, empezó a grafittear y siguió con la pintura, es un productor artístico que deja crecer una idea y ha encontrado los foros para plasmarlas y hacer que traspasen fronteras, hoy se trata de un artista internacional.
Apenas rebasaba los 20 años cuando vio a unos desconocidos pintar una pared en su ciudad natal, Tijuana, cuando se acercó y después de una pregunta que llevó a la otra, nacida de una curiosidad artística, pasó a convertirse en una comunidad sellada por la amistad que tiene como testigo el grafitti. Esas amistades hoy forman parte de su equipo de trabajo, de su apoyo y empuje entre unos y otros para fortalecer esta corriente artística no sólo en la frontera, sino en el país.
«Mi influencia es la calle, la música, lo que vivo, los viajes, las problemas de Tijuana, las dificultades de México, no sé, no podemos ignorar nuestro entorno y hay que hacer algo para mejorarlo». En esas problemáticas e inquietudes sociales encontró el empuje para ser hoy uno de los muralistas más activos de esta nueva generación de artistas mexicanos que han plasmado una y otra vez, su creatividad en la calle, en comercios, en escuelas, en cárceles, en bardas y en cualquier pared que le sea donada, prestada o contratada. Un ejemplo de inquietud por las problemáticas sociales se muestra en la serie de «Vagabundos» hombres que han sido dibujados y después pintados por Alfredo con la intención de hacer vigente lo que parece ser indiferente.
Libre es además un viajero, difícil que se quede quieto por iniciativa propia o por invitaciones que lo han llevado a cruzar fronteras. Sus exposiciones como pintor, muralista y graffitero, están en ciudades mexicanas como Rosarito, Guadalajara, Ciudad de México, La Paz en Baja California Sur, en Morelos, Chiapas, Oaxaca y Toluca y del otro lado de la frontera, una fuerte presencia que hablan de su crecimiento bicultural, en ciudades como San Diego, San Francisco y Los Angeles, California y también en Las Vegas, Nevada. Pero además, fue seleccionado en la X Bienal de murales “Internos”en Santiago de Cuba y ha expuesto en París, con trabajos como este:
Sus trabajos de pintor han pasado a ofrecerse en galerías por todo el territorio mexicano e incluso en Suiza. En este video podemos ver el desarrollo de su pieza «Relativa Procedencia» pintura de la exposición dual «Full Contact» en Suiza, Ezra & Libre, oleo, aerosol y acrilico sobre lienzo. Una exposición de hace algunos años que forman parte de su cada vez más amplío curriculum.
Libre Gutiérrez se define como incluyente, ejerciendo con interés social y buscando la participación ciudadana lo han llevado a dar clases de pintura en uno de los reclusorios de la Ciudad de México y en formar parte de esta nueva generación de muralistas mexicanos que traspasan fronteras con su creatividad.
Fotos: Libre Gutiérrez