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jueves, marzo 28, 2024
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De Barcelona a Finlandia: El ojo de la serpiente

¿Te imaginas descubrir que tu madre tuvo una doble vida por veinte años y en otro país? “El día que murió mi madre también hacía sol. Fue una mañana de mayo radiante, tan limpia que dolía mirar al cielo de lo azul que estaba. De pequeña pensaba que nadie se podía morir en un día claro de primavera, que la muerte siempre venía envuelta  en una capa negra de noche y frío, que el sol la alejaba como los ajos a los vampiros…” La novela de Carme García i Parra empieza así, de una manera suave, acompañada de un recuerdo infantil que termina en una casa y una vida entre Barcelona, Finlandia y Tolosa.

Porque el viaje en la literatura es también un personaje. Hablamos Carme que además de escritora, es médico y después de dos antologías de cuentos y dos novelas, ha decidido publicar sus historias y con ello sacalar a la luz la historia de Blanca y “El ojo de la serpiente”.

Carme García i Parra |Fotografía: Diego Sanchez
Carme García i Parra y El ojo de la serpiente |Fotografía: Diego Sanchez

¿El viaje como personaje constante en la historia?

En realidad la vida siempre es un viaje en el que nos van sucediendo cosas que nos van cambiando. En la vida de Blanca hay un detonante, un descubrimiento que la impulsa irremediablemente a salir de su crisálida y desplazarse a otro lugar, y como en todos los viajes su “primum movens” es el conocimiento, también la aventura y el cambio, pero sobre todo la necesidad de explorar el territorio desconocido que es la historia de su madre. Y claro, nada es lo que se espera que sea, como pasa en la realidad, los acontecimientos la van desbordando hasta convertirla en otra persona. Y sí, durante la historia va viajando en círculo entre tres ciudades, pero el verdadero viaje es el que ocurre dentro de ella misma.

Mario Benedetti decía que el Tiempo es un viaje de escalas infinitas en donde aprendemos y enseñamos algo. Y qué es el tiempo sino la pura vida. Cualquier historia habla de eso, de recorridos que empiezan de una manera y que por los acontecimientos que van acaeciendo: amor, odio, muerte, venganza, miedo… nos acaban situando en otro lugar en donde no somos ya los mismos. “El Ojo de la Serpiente” no es una novela de viajes, es un viaje en sí misma, es la historia de una trayectoria vital.

¿Qué representan las ciudades en donde desarrolla la historia?

Para Blanca la historia transcurre en tres lugares: Tolosa, la ciudad de su infancia; Barcelona, su presente en dónde vive y tiene su familia; y Finlandia, una posibilidad de futuro maravillosa. Es su recorrido por una vida que no entiende y que no le satisface, por eso se plantea cambiarla a la que se le presenta una oportunidad.

Son ciudades que conozco, que tienen relación conmigo. En Tolosa nació mi abuela, mi madre siempre nos explicaba historias de esa tierra aunque nunca llegó a vivir allí. Nos transmitió oralmente unas tradiciones ancestrales, mágicas, verdes. Yo no elegí esa ciudad para Blanca, me la mostró ella como única posibilidad, como su principio, aunque quizás la influyó mi abuela para que así lo hiciera.

Lo de Barcelona fue fácil, es en donde vivo, el lugar del mundo que amo y que mejor conozco, un buen sitio para cualquier historia.

Finlandia también se me presentó sin pensar y me pareció bien, estaba relativamente cerca de donde vivía Blanca, pero a la vez era muy diferente, muy desconocida. Estuve allí en el año 2000 y me impresionaron los bosques, los lagos, un país de naturaleza salvaje con señales de tráfico que alertan de los alces que cruzan la carretera, pensé que sería maravilloso, pero a la vez muy duro vivir allí, además tenía el aliciente de la proximidad con San Petersburgo, la relación con la Revolución y con la historia de principios del siglo XX.

¿Cómo llevas esta combinación de médico y escritora?   

Es que no concibo una cosa sin la otra. Después de licenciarme en la facultad de medicina de Barcelona me especialicé en homeopatía en México, me dedico a un tipo de medicina integral que tiene en cuenta la salud física y mental de la persona y para conseguirlo es imprescindible escuchar, saber entender a quién tienes delante, qué le pasa y por qué. Eso son historias, historias magníficas, nunca escribo acerca de mis pacientes, por supuesto, pero eso me inspira, me motiva a hablar, a explicar cosas a mí también.

¿Quiénes fueron tus inspiradores literarios?

Podría citar a Dostoievski, “Crimen y Castigo” fue durante mucho tiempo mi libro estrella, También a  Tolstoi, García Márquez, Magris, Stefan Zweig, Roald Dhal, pero yo empecé a apasionarme por la lectura cuando cayó en mis manos una novela que corría por casa: Drácula de Bram Stoker. Me alucinó, quizás porque solo conocía la película y su estereotipo, leerla fue entrar en otro mundo, oler la madera de los bosques de los Cárpatos, sentir el vértigo del castillo en el acantilado, notar el miedo, y eso era sólo para mí. Desde aquel día nada fue lo mismo, esa fue mi iniciación.

El libro de Carme García i Parra, es una novela negra, de misterio. Es la historia de una mujer joven que lleva una vida típica dedicada a su trabajo, a un matrimonio que empieza a aburrirla y a sus hijos. Al morir su madre y casi por casualidad descubre que ésta tenía una casa en Finlandia y que viajaba periódicamente allí. Ese secreto le hace cuestionarse todo. Es su punto de partida, su viaje personal a un territorio extraño y peligroso que la lleva a plantearse que nadie es quien es, ni tan siquiera ella misma.

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Arlene Bayliss
¡Ahorita Vengo! Eso dijo en su casa y no ha vuelto. De Tijuana en Barcelona. Comunicación y periodismo de viajes.
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