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martes, marzo 19, 2024
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Las más leídas del 2016

Lo mejor de hacer un recuento de las historias más leídas de Viaje con Escalas en 2016, es reencontrarnos con antiguas emociones producidas por los viajes. Desempolvar el álbum de fotos que nos hace recordar las experiencias y las sensaciones: la caminata en la Rambla de Tarragona, el baño en aquellas piscinas naturales de Hidalgo, México, aquel viaje a Nicaragua que nos dejó con ganas de subir al ferrocarril, aquel día de primavera rodeados de tulipanes en Amsterdam, el viaje a Pekín del que no salieron postales. ¡Qué subidón es recordar! ¡Recordemos!

Las más leídas de Viaje con Escalas durante 2016

  • Tarraco forever: Al llegar a la ciudad de Tarragona, que está a poco más de una hora de Barcelona, parece no existir gran diferencia con otras urbes de Cataluña; pero eso es solo a simple vista. Su diferencia es el casco histórico, donde está Tarraco, la antigua ciudad de un imperio con vistas al Mediterráneo. Si miras con atención, hay muchas marcas que dejan ver las huellas dactilares de aquel Imperio Romano. Aquí habitó, aquí sigue.
  • Esto es un diario: El primer capítulo de una nueva sección. ¿Por qué escribimos cuando viajamos? Queríamos escribir el mundo pero lo único que podemos escribir, ahora lo sabemos, son fragmentos del yo que habla, porque el mundo nos atraviesa pero el mundo no es nosotros.
Las grutas de Tolantongo en Hidalgo, México. |Fotografía: Fernando Escamilla
  •  Las grutas de Tolantongo: Hace apenas 40 años que este espacio es accesible a paseos que iniciaron en caballo o burro, pero han tenido que pasar millones de años para convertirse en lo que es. Las grutas de Tolantongo, en el municipio de Cardonal en el estado de Hidalgo, México, son toda una rareza y complejidad geológica, una clase magistral de la naturaleza o un libro abierto que intenta definirla.  Grutas entre un cañón rodeado de montañas volcánicas y calientes aguas termales en pozas naturales.
  • Julio Camba, el viajero sandwich: A modo de biografía: a los doce años mandó al diablo a los que querían meterle en un seminario porque, dijo, sus ideas no le permitían ser cura, a los dieciséis se fugó en barco a Argentina, a los dieciocho le expulsaron de Buenos Aires por anarquista, a los veintitrés se buscó la vida como periodista, a los treinta y cuatro era el mejor pagado y el más leído, a los cincuenta y dos sus columnas ya no recordaban al libertario que había sido en El Rebelde, a los cincuenta y seis se había retirado. Antes de morir vivía acomodado en el franquismo. Tal vez, al dormir soñaba con tiempos mejores en París. 
El niño fidencio es un curandero milagroso en el Norte de México. |Fotografía: Rodrigo Ramos
  •  El niño fidencio, el curandero milagroso: Decenas de personas se congregan dentro de un estanque esperando ser sumergidos en una especie de bautizo, desean curarse de sus enfermedades. El ritual incluye una zambullida no en agua, en lodo, en el charquito, como es conocido el depósito que se encuentra a los pies de un árbol milagroso. Es el santuario del Niño Fidencio en el municipio de Espinazo en Nuevo León, al norte de México, un punto en el mapa marcado por la fe.    
  • Los bañistas sin traje de baño: Escapar de Cuba para llegar a Estados Unidos es el objetivo de Elisenda y el de todos los bañistas de Playa La Miel, ¿qué importa que lleguen sin traje de baño ni protector solar? Wendi, una de las mujeres del grupo, explica que “ahí tenemos libre visado. En Ecuador entras legal y te dan tres meses”, y prosigue, como quien se aprendió la lista de la compra de memoria: “Luego de Ecuador a Colombia, en autobús, ya sin papeles, y aquí entregamos el pasaporte, esperamos que nos den un papel, lancha con los militares hasta Puerto Obaldía, de allí un avión a Ciudad Panamá, y luego país a país, Costa Rica, Nicaragua…”. 
Los campos de los malhechores, los tulipanes de Ámsterdam. |Fotografía: Glenda Galarza
  •  Cuidado con los tulipanes de Holanda: Quién podría imaginar que una flor tiene poderes. Los tulipanes los tienen, te llaman, aparecen como aquellos que te quieren trasladar a su restaurante del brazo y no te sueltan hasta llevarte a su terreno. La diferencia es que aquí, no hay nada a cambio, los tulipanes sólo buscan la contemplación, los descarados. Vas caminando y te llaman por tu nombre. Su lenguaje se mete a tus ojos, a tus oídos, a tu nariz y te seducen, te atrapan. Fui presa fácil, lo reconozco. Dejé de lado la ciudad y sólo tenía ojos para los maceteros, no te puedes descuidar porque sin darte cuenta no querrás más que seguir encontrándotelos, me refiero a los tulipanes de Holanda ¡Cuidado!
  • Nicaragua: no hay tren más al sur: En Nicaragua no hay tren que lleve más al sur. Aquí Paul Theroux se habría quedado tirado: “Tan al sur como me llevaran los trenes que salían de Medford (Massachusetts)”, así resumió su plan en El viejo Expreso de la Patagonia. En los años 70 salió de su casa y llegó cerca de la Patagonia siguiendo un camino de raíles. Odio a Paul Theroux, también a Maruja Torres, que en 1993  hizo el mismo viaje, pero de sur a norte, para escribir Las metáforas de América. En general odio a todo aquel que sí viajó por Latinoamérica en tren. Hoy el ferrocarril solo es óxido. 
Miles de personas recordando en 2015 en Hong Kong a las víctimas de la plaza Tiananmen de Pekín. |Fotografía: Agencia EFE
  •  Sin postales desde Tiananmen:   Intentamos visitar la Plaza de Tiananmen, pero fue imposible. Allí estaba la plaza, una inmensa planicie de cemento, custodiada desde sus diferentes entradas bajo tierra y vigilada por policías de uniforme o de paisano. Estaba también esa carretera que la rodea como si fuera una isla, sin ningún paso de cebra por el que acceder. Tal vez hubieran cerrado ya todos los accesos, no sé. Así que nos quedamos sin pisar la plaza.
  • El gran mecenas de Gaudí: Según cuentan las fuentes oficinas, el encuentro entre el artista y el mecenas inició cuando Eusebi Güell vio en la Exposición Universal de París de 1878,  la vitrina realizada por Antoni Gaudí para el comerciante de guantes Esteve Comella. Esa atracción por el trabajo de Gaudí lo llevó a solicitarle un primer encargo para la Colonia Güell. Después llegaría la propuesta para el Palau Güell; la bodega vinícola en el Garraf, la iglesia de la Colònia Güell, es decir, una vez dado el primer encuentro, lo demás fue historia. 

¡Estamos listos para las historias de 2017! ¿Vosotros?

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Buscamos y encontramos a grandes viajeros, a escritores, periodistas y fotógrafos que invitamos a compartir sus historias: esta es su sección.
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