La alta inflación, la guerra en Ucrania y por consiguiente la crisis energética, así como la recesión económica que se avecina, no son impedimento para que el verano 2023 sea una locura de viajes a Europa. La Comisión Europea de Viajes habla de una recuperación del 80% en comparación a las cifras previas a la pandemia. Se trata de las vacaciones de verano más caras en mucho tiempo. Los hoteles han aumentado sus precios un 44% según cálculos de El Mundo.
Con este panorama estamos viajando más que nunca a Estambul, Roma, Londres, París, Barcelona, Praga, Venecia, Viena, Ámsterdam y Milán, las ciudades más deseadas en Europa por los turistas. ¿Será que después de tres años de pandemia “es hoy o nunca”? Estamos viviendo un “turismo desquite” como lo denominó Los Ángeles Time en su artículo titulado: Los mayores centros turísticos europeos lucen repletos, con fuerte presencia de estadounidenses.
Porque además, el aumento significativo de viajantes que se agudiza en julio y agosto, en 2023 se adelantó. “Si miro por la ventana, ya se siente un poco como julio”, dice Milou Halbesma, director del Museo de la Casa de Rembrandt en Ámsterdam.
No hace mucho tiempo, el mundo se quedó sin viajes
Parece que fue hace mucho, mucho tiempo cuando la pandemia generó postales inimaginables. No sólo se limitó y prohibió la circulación, no sólo dejamos de salir a trabajar, de ir toda la familia a hacer la compra, de visitar a los abuelos, no sólo eso, sino que no podíamos salir a la calle y muchísimo menos podíamos pensar viajar; hubo quienes se quedaron en medio de un viaje sin poder regresar a casa. Las Ramblas de Barcelona sin gente, la Torre Eiffel cerrada. No había color ni vida en el barrio rojo de Ámsterdam. El sector del turismo vivió una situación sin precedentes en su historia, ni la crisis económica del 2008 ni el 11S impactaron tanto como la COVID-19.
Durante el primer y el segundo año de pandemia, el discurso se centró en la necesidad de cambiar nuestro estilo de vida. ¡Nos estamos cargando el planeta! ¿La pandemia y viajar son compatibles?, ¿cómo viajar de forma más sostenible? Incluso surgió el turismo regenerativo. Surgieron ensayos y hasta libros para hablar de los viajes postpandémicos, pero poco a poco y conforme la crisis iba pasando, vimos viajes incluso para vacunarse, viajes disfrazados de interés social, viajes que, una vez terminada la pandemia, han llegado a récords de aviones volando al mismo tiempo por todo el mundo.
La locura por viajar a Europa y que todos se enteren
La crítica dura poco cuando la realidad se asoma, y es que el sector del turismo crea al menos 280 millones de empleos, entre directos e indirectos. Con una aportación al PIB mundial que superó los 5,8 billones de dólares estadounidenses en el último año. Si bien, las iniciativas por un turismo sostenible son cada vez más, la realidad es que se vuelven insignificantes ante el crecimiento y desarrollo de nuevos destinos turísticos.
De ahí que en cuanto se fueron disminuyendo poco a poco las restricciones, empezamos a viajar. ¡Más que nunca! Y por supuesto, ¡queremos que todo el mundo se entere a través de nuestras redes sociales!
Según Passport-Photo.Online, casi el 46% de los viajeros admite estar interesado en dar envidia a sus seguidores con contenido sobre sus viajes. Cerca del 40% de los millennials eligen los destinos de sus vacaciones en función de lo cool que puedan llegar a ser sus posts en Instagram. Cerca del 52% de los viajeros decidieron visitar un destino específico después de ver fotos de amigos, familiares o compañeros en las redes sociales. Más de la mitad de los viajeros (60%) publican fotos en las redes sociales mientras están de viaje. En el caso concreto de los millennials, esa cifra se eleva al 97%. Las fotos de amigos en Facebook influyen en los planes de viaje de más del 50% de los usuarios. Además, cada semana, se buscan más de 1 millón de hashtags relacionados con viajes en Instagram.
El turismo y la lucha contra el cambio climático
El calentamiento global va a más pero parece que no nos damos cuenta porque estamos de vacaciones, sin embargo, estas pueden cambiar precisamente por el calentamiento global. Incluso con la locura de viajes por Europa de este verano, los destinos turísticos más vulnerables son aquellos donde su oferta depende en gran medida de la buena conservación de los recursos naturales y de las condiciones climáticas. Por ejemplo, en los destinos de sol y playa, se espera un aumento de temperaturas, pérdida de playas, proliferación de especies que incomoden a los turistas (algas, medusas, mosquitos…), cambios en el paisaje y en la biodiversidad, así como pérdida de corales y otras especies.
Según la Organización Mundial del Turismo y el Programa para el Medioambiente de las Naciones Unidas, las regiones donde la actividad turística es más vulnerable son el Mediterráneo, el Caribe, el Océano Índico y Pacifico y sus islas pequeñas, Australia y Nueva Zelanda.
Sólo podemos concluir con preguntas. ¿Cuál será el efecto de todos estos viajes a Europa para el medio ambiente? Con el calentamiento global ya se habla de que los turistas poco a poco buscarán destinos más amigables, menos calientes o llevaderos, pero entonces, ¿será que se le apuesta mucho al turismo? ¿Hasta qué punto podemos viajar de manera sostenible? ¿Si los precios siguen subiendo bajarán los viajes? ¿ ¿El turismo sostenible es como los productos “lights” que sólo son una etiqueta llena de marketing?
¡Hablemos en septiembre y veamos cómo cierra el verano! El más loco en viajes por Europa
Si te gustan nuestros contenidos, ¡danos cafeína para seguir!