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sábado, mayo 18, 2024
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Los colores de Tepoztlán

¿Qué tal unas quesadillas con chapulines? ¿Un helado artesanal de pétalos de rosa? También tenemos de guanábana, maracuyá, sandia y al menos 40 sabores más. ¿Has probado el pulque? ¿Subimos el cerro del Tepozteco para tener la vista de la ciudad a nuestros pies? Una hora de ruta, tampoco es tanto esfuerzo. Al bajar nos sentamos afuera del ex convento con unos esquites.

Por algo es Pueblo Mágico Tepoztlán, emana magia al estar rodeado de tanta tradición, de historia y de identidad mexicana. El color sobresale cuando caminas por las calles de este pueblo de Morales que se encuentra a no más de una hora de la ciudad de México. Es alegre, místico y envuelto en leyendas del cerro, el templo y el dios Tepozteco.

La montaña de Tepozotlán o el cerro del Tepozteco es un sendero empinado que te lleva a su parte más alta donde se encuentra el templo que se erigió en honor de Ometochtli Tepoztécatl, dios del pulque. Hoy el asentamiento prehispánico es una zona arqueológica con unas hermosas vistas panorámicas. Desde aquí puedes mirar que los edificios que sobresalen son las iglesias, las calles principales y sus colores, el movimiento del pueblo, pero sobre todo, puedes como muchos de los visitantes, hacer meditación en una tierra indígena milenaria.

Desde esa vista también puedes ver el ex Convento de la Natividad, una hermosa e imponente construcción del siglo XVI que fue administrada por frailes dominicos y que desde hace 20 años fue restaurado y declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Una edificación de piedras talladas unidas con mortero de cal, arena y recursos vegetales. Al día de hoy se conservan muchos de los murales originales que decoran el interior. La fachada del templo está dedicada a la Vírgen del Rosario, que aparece acompañada por santos, ángeles y querubines, así como por los símbolos de la orden dominicana.

Esta es una fotogalería de Tepoztlán y sus colores mexicanos, con la sonrisa de su gente y el olor a sus antojitos.

 

 

 

Arlene Bayliss
¡Ahorita Vengo! Eso dijo en su casa y no ha vuelto. De Tijuana en Barcelona. Comunicación y periodismo de viajes.
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