Si queremos hablar de los Parques Nacionales de España, tenemos que empezar por borrarnos la imagen del parque más cerca de casa. En estos parques no hay zona de juegos para niños, tampoco un área para caninos ni senderos pavimentados; no es un lugar donde se va con la familia a celebrar un cumpleaños, aunque se podría, pero aquí no habría pastel, ni bancos, ni barbacoa y mucho menos regalos envueltos para abrir. Es más, no podríamos ir con algún juego para pasar el rato, ni pensar en una pelota de fútbol o unos guantes de béisbol para ponernos a cachar. ¿Qué se hacemos aquí? Te preguntarás.
Eso me pregunté yo cuando llegué al Parque Nacional de Ordesa en Huesca y, después de estacionar el coche y buscar el punto de inicio, la bienvenida fue un enorme cartel con las prohibiciones del parque:
Las reglas de los Parques Nacionales de España
- Entrar con bicicleta.
- Meterse al río a nadar
- Pescar
- Hacer fogatas
- Llevar armas de fuego
- Llevar mascotas.
- Acampar
¿Qué si se puede? Me dije. Resulta que los Parques Nacionales de España, que integran una red de quince, tienen como único objetivo su conservación. Proteger la integridad de estos espacios naturales y sus paisajes, y hacerlos compatibles con el uso y disfrute de la sociedad; por ello existe toda una serie de normas de actitud y comportamiento:
- No están permitidas las actividades o los comportamientos que supongan peligro para la conservación del parque, que alteren la quietud y tranquilidad, o que supongan deterioro de la calidad de la visita para el resto de los visitantes.
- No se permite arrancar o cortar la vegetación, ni recoger sus frutos, flores y semillas.
- Prohibido molestar, herir, capturar o matar a los animales silvestres, sus huevos, crías o larvas
- Está prohibido introducir plantas o liberar animales.
- Respetar el silencio de la naturaleza.
- No está permitido la emisión de luces o destellos deslumbrantes que alteren la tranquilidad de la noche salvo el uso de linternas individuales.
- No dejar ningún residuo o huella de la visita.
- No se permite recolectar, destruir o alterar elementos de interés arqueológico, histórico o geológico.
- No salir de las sendas y caminos señalizados.
- No se permite realizar inscripciones, señales o signos y dibujos sobre árboles, piedras o equipamientos.
- No se deben levantar hitos o poner señales que puedan indicar nuevas rutas.
- No se pueden lavar utensilios en ríos, arroyos o láminas de agua, ni emplear detergentes o jabones en sus proximidades.
- No podrán emplearse clavos o medios técnicos de perforación de la roca que supongan agresiones mecánicas o acústicas al medio natural.
- El uso de magnesio u otros medios químicos para el agarre en manos y pies está prohibido.
- Se entiende por vivac o vivaquear, el hecho de pernoctar al raso sin instalar tiendas de campaña, doble techo o similar. Se podrán utilizar sacos de dormir, funda de vivac.
- Evite estacionar en los márgenes de las carreteras o entradas a pistas y caminos, pues en caso de emergencia pueden constituir un serio problema.
Cuidar es respetar los espacios naturales
¿Entonces qué nos queda en estos espacios naturales? Se seguirán preguntando. En los Parques Nacionales de España, diez de ellos en la península ibérica, cuatro en Canarias y uno en Baleares, tenemos una única respuesta que es también una cultura: el senderismo. Caminar y recorrer largos senderos por el campo o por una montaña, aprender a conectar con un bosque, un río. Pero lo más importante, cuidar tanto de la naturaleza como de nosotros mismos.
No hay temporada del año en el que no se registren hechos lamentables producto de la imprudencia de ciudadanos en parques como estos. Desde olvidar que la fuerza de un río puede vencer al mejor de los nadadores, hasta vernos vulnerables ante la fragilidad de nuestros tobillos sin un calzado adecuado. Muchas de estas reglas se han establecido porque se ha demostrado que sin ellas, además de destruir o poner en riesgo un espacio natural, la naturaleza puede ser voraz y peligrosa para los visitantes.
Pero lo que no está prohibido es disfrutar de los parques. Aquí lo que sí puedes hacer y sin riesgos de acabar con el hábitat de un sin número de seres vivos o salir lastimado, es callar, mirar, caminar, contemplar, escuchar, oler, sentir la naturaleza. Pero sobre todo caminar, caminar y caminar para llegar a la cima, posiblemente destrozado y descubrir el paisaje. ¡De eso se trata!
“Los montañeros experimentados no se intimidan por las montañas, sino que se inspiran por ellas. Las montañas han sido creadas para ser subidas.” William Ward
Los quince Parques Nacionales de España
- Picos de Europa, Asturias, León y Cantabria.
- Ordesa y el Monte Perdido, Huesca
- Cañadas del Teide, Tenerife
- Caldera de Taburiente, La Palma
- Aiguestortes y Lago de San Mauricio, Lérida
- Doñana, Huelva, Sevilla.
- Tablas del Daimiel, Ciudad Real.
- Timanfaya, Lanzarote
- Garajonay, La Gomera
- Archipiélago de Cabrera, Islas Baleares
- Cabañeros, Ciudad Real, Toledo.
- Sierra Nevada, Granada, Almería.
- Islas Atlánticas de Galicia, Pontevedra, La Coruña.
- Monfragüe, Cáceres.
- Sierra de Guadarrama, Madrid.
¡Un artículo genial! Gracias por recordar normas que pueden prevenir situaciones peligrosas para las personas en los parques naturales y acciones que perjudican el entorno natural y todas las especies que dependen de él para sobrevivir. ¡Saludos!
Gracias a ti por pasar a leer y comentar 🙂