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jueves, diciembre 12, 2024
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La semilla de La Barceloneta, el barri del sorral

Tijuana no existía y ya el barrio de la Barceloneta tenía más de cien años de historia. ¿Cómo no sorprenderse cuando se trata de una ciudad con capítulos escritos desde el siglo I? El barri del sorral o el barrio del arenal, es una zona de la ciudad que como otras, ha vivido su propio tiempo, su evolución y el desarrollo de su identidad que se ha ido transformando con la ciudad, como una pieza más del todo y al mismo tiempo, como una muy única, como el barrio de la playa.

El barrio de las barracas de la playa, surgió después de la Guerra de Sucesión Española, (un hecho histórico que justo el pasado 2014 conmemoró 300 años) como un refugio a los vecinos de La Ribera que fueron desalojados de sus casas por la construcción de la Ciudadela en el periodo de Felipe V, instalándose poco a poco en barracas fuera de la ciudad amurallada y cercana al mar: en el arenal.

Aquellas barracas serían destruidas por la llegada del proyecto urbanístico que le daría forma triangular y ordenada a la nueva colonia. Un barrio construido en trazos y con viviendas unifamiliares. Cada manzana se dividía en diez casas formadas por una planta baja y un solo piso, con una puerta centrada y dos ventanas laterales en la planta baja, y en la primera planta, un balcón central y dos ventanas a los lados. ¿Sienten correr el aire? La altura del edificio era proporcional a la anchura de la calle, de forma que la luz del sol quedaba siempre asegurada en todo el edificio y las fachadas, uniformes en la decoración, tenían las cornisas rematadas con frontones, destacando en piedra los zócalos y las esquinas. El único ejemplo de estas viviendas es la Casa del Porró, en Carrer Sant Carles, 6.

La primera piedra del barrio de la Barcelona colocado el 3 de febrero de 1753
La primera piedra del barrio de la Barcelona colocado el 3 de febrero de 1753

La novela histórica de Begoña García Carteron, narra la historia de cinco mujeres y un hombre que viven la transición de la creación del barrio. De aquellas fiestas con las que se celebró la consagración del templo y la inauguración de una Barceloneta en medio de una desolación. «Mucha gente se quedó sin casa por la destrucción del barrio de la Ribera, y terminó viviendo aquí, en barracas». Cinco mujeres pobres, viudas de pescadores, tratan de salir adelante en este entorno más bien hostil. «Yo quería hablar un poco de las agresiones que sufren las mujeres por ser mujeres desde personajes de diversas edades. Tanto una abuela, como una mujer de edad media, como una adolescente, como una niña «, declaró Begoña sobre su novela. “El Barri del Sarral”, la novela, es la historia que busca recrear y no olvidar hechos que han forjado este punto del mapa en la ciudad de Barcelona. Una invitación para acercarse al pasado del barrio de los balcones con tenderos, de las decoraciones modernistas, del lenguaje medieval y más, sobre sus protagonistas, su gente.

De aquella época, aún hay testigos que se resisten a desaparecer, como la historia de esas mujeres que seguramente existieron. Testigos que han sido protegidos y otros, que fueron ideados para permanecer. Las mismas calles te van dando pistas y vestigios de aquellos días. Carrer Del Marqués de la Mina. Nombre del capitán general de Barcelona, sevillano, hijo de familia acomodada que puso fin a la post guerra y le inyectó a la ciudad condal un giro elegante: terminó de asfaltar la ciudad, implementó iluminación pública, abrió la muralla del mar como paseo y consagró la iglesia a Sant Miguel  del Port; un impulso a la vida del barrio que con la suma de ayeres, se ha ido fortaleciendo y conmemorando.

¡Cuidado con lo que haces o te llevará el Negro de la Riba! Está atrás de la iglesia Sant Miguel del Port, en Carrer Andrea Dòria. Una pieza de fibra de vidrio que hoy es un vecino más del barrio. «Procede de un bergantín no identificado que al parecer ardió en el puerto a mediados del siglo XIX y que fue desguazado», explica Enric García, del Museu Marítim. Porque la pieza original se encuentra en este museo. El Negro de la Riba tiene historia propia y existen historias con él, incluso, cualquier vecino puede solicitar descolgarlo para llevarlo a las celebraciones del barrio.

Caminar por estas estrechas calles, te lleva a fruncir la ceja. ¿Por qué de esos diseños? ¿Cuál habrá sido la verdadera historia detrás del nombre de Carrer Ginebra? ¿Esto es barroco? ¿Por qué habrán dejado de construir este tipo de casas tan ventiladas? ¿Cómo habrán sido las mujeres de mi edad? ¿Qué habrá pensando la gente cuando le dijeron que se tenían que ir de sus casas sin tener otra opción a donde ir? ¿Y el resto de la ciudad cómo habrá reaccionado ante ese hecho? ¿Por qué se conserva sólo una casa de esa época?

Hace más de doscientos sesenta años, se colocó la primera piedra del barrio, la semilla del que sería el barrio marítimo de Barcelona: la Barceloneta. En dos años y medio se realizó una primera etapa que se convertiría en la huella de ese inicio que hoy es una muy distinta a aquella del arenal, la del otro lado de la muralla, de viviendas humildes, mujeres oprimidas. ¿Qué cómo es hoy la Barceloneta? Faltaría otro puño de historias para llegar a esa, pero la de sus inicios, aún vive entre las calles.

 

 

Arlene Bayliss
¡Ahorita Vengo! Eso dijo en su casa y no ha vuelto. De Tijuana en Barcelona. Comunicación y periodismo de viajes.
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