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miércoles, noviembre 20, 2024
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Avistamiento de aves en Zaragoza

La necesidad de desplazamiento es un fenómeno constante en la naturaleza que nos identifica a los seres humanos y a los animales. Muchas especies migran para asegurar sus medios de vida, alimentación y condiciones climáticas, haciendo que cada año se repitan ciclos migratorios dignos de admirar. Entre todas las especies, las aves son las más destacadas en este oficio porque utilizan su vuelo para recorrer grandes distancias y convertirse en viajeros sin fronteras.

El avistamiento de aves o también llamado observación de aves, es una actividad ideal para mirar y ver de forma detenida el comportamiento de los viajeros incansables en su hábitat natural, sea como profesional o aficionado. Una afición para muchos amantes de la naturaleza que esperan las mejores fechas del año para eso, pues se trata de un periodo entre los meses de primavera y otoño cuando este espectáculo de migraciones se produce.

En el Continente Americano en otoño, más de 5 millones de aves rapaces de al menos 35 especies migran desde la parte norte de Estados Unidos, Canadá hasta México, centro y Sudamérica, en un viaje en busca de las zonas más cálidas.

Otro ejemplo es España, que cuenta con al menos 10 sitios para la observación de aves. Como parte de la Península Ibérica, tiene un enorme potencial por su diversidad climática y por estar ubicada en una de las principales rutas migratorias de Europa.

El Monasterio de Piedra

A pocos kilómetros de distancia desde ciudades como Barcelona y Madrid, se encuentra el Monasterio de Piedra, ubicado en la localidad de Nuévalos, provincia de Zaragoza, lugar privilegiado por estar inmerso en el parque natural Monasterio de Piedra y rodeado de lugares para observar las aves en sus largos viajes.

En un recorrido aproximado de cuarenta minutos en coche desde el monasterio cisterciense se encuentra la Laguna de Gallocanta, ubicada en la vecina comarca de Calatayud. Cada otoño, es visitada por miles de grullas provenientes del norte de Europa que hacen parada en su larga travesía para continuar hacia tierras del sur del continente. Gallocanta es la laguna natural de agua salada más grande de España y entre las más importantes de Europa, siendo uno de los ecosistemas húmedos más resaltantes del sistema ibérico.

Desde niño Jordi Pérez ha sido un observador apasionado de las aves, puede identificar la cercanía y el volumen de bandadas que se acercan escuchando su canto con una agudeza auditiva de los sonidos que son imperceptibles para quienes no  están bajo este entorno. Él es uno de los expertos del grupo de educadores ambientales que conforman El Vuelo del Buitre, que se dedica de forma profesional a la ornitología desde hace seis años y a la organización de actividades de turismo sostenible en la zona.

Las grullas llegan en bandadas de decenas de miles con las temperaturas otoñales, sin embargo, al retrasarse la llegada del otoño, se tenía constancia de la presencia de 2.000 a 2.500 grullas aproximadamente” explica Jordi, destaca la importancia de estas cifras porque las diferentes localidades que forman parte de la ruta de las grullas compiten por tener la mayor cantidad de aves cada año. De hecho, en algunos bares o albergues de la zona, se coloca un listado a la vista de los visitantes con la cantidad de individuos observados por días o semanas desde que comienzan a llegar las primeras bandadas de aves.

Para conocer el origen de la laguna y comprender su relevancia en la ruta migratoria de las grullas existen dos centros informativos para visitar:

  • El Centro de Interpretación de la Reserva Natural dirigida de la Laguna de Gallocanta, ubicado en una antigua casa de peones camineros en la carretera que une Tornos y Bello.

Carmina Beleguer, trabajadora del centro, quien conoce la exposición interactiva sobre la geología de la laguna, la composición de sus aguas, la impermeabilidad de la laguna, la vegetación, la fauna y el área especial dedicada a las grullas comenta que “esta especie de aves comenzó a anidar en la Laguna de Gallocanta desde los años ochenta y se destacan entre las 70 especies de aves acuáticas identificadas en esta área, por otra parte, el nivel de agua más alto registrado en la laguna fue en los años setenta y a partir de esta época, se ha registrado la disminución de las precipitaciones y el consecuente aumento de la salinidad en las aguas de la laguna, mermando la cantidad de aves acuáticas”.

A pesar de estos fenómenos, año tras año, la laguna de Gallocanta se convierte en protagonista del viaje migratorio de las grullas que, como dicen los locales, llegan con la Virgen del Pilar en el mes de octubre y se marchan con San José, en el mes de marzo.

  • El Centro de Interpretación de la Laguna de Gallocanta, se encuentra en la carretera de Gallocanta a Berrueco, inaugurado en el año 2010.

Este centro fue concebido para concientizar a los agricultores, pobladores y turistas de la zona sobre la importancia de la existencia y conservación de la fauna y la flora. La exposición permanente del centro se divide en tres espacios. Al comienzo, las vitrinas interactivas con aves disecadas propias de las hoces y cantiles calzos del Río Piedra, de la campiña, de la estepa, de las parameras, de los bosques y de los humedales.

Se trata de un acercamiento de forma lúdica, dirigido a niños y adultos, con botones que reproducen los cantos de las aves, al tiempo que se indica en el panel la especie correspondiente a ese sonido. Un segundo espacio muestra una maqueta topográfica de la cuenca endorreica de Gallocanta donde se representa la ubicación de los diferentes humedales de la zona. Entre estos espacios, se exhibe una exposición fotográfica con imágenes de la laguna de Gallocanta, grullas volando, conversando, anidando, criando, viviendo de paso en su viaje hacia el sur.

El tercer ambiente del centro es la invitación al descanso y la contemplación, una ventana hacia la laguna donde se ha dispuesto el panel interpretativo de la vista panorámica, los prismáticos y las cristaleras para admirar la línea del horizonte, la laguna en toda su extensión, las aves, la vegetación, el resto de la fauna, como los jabalíes que en ocasiones se pueden observar.

Allí, a mil metros de altura, la laguna muestra la armonía entre sus surgencias de aguas cálidas y dulces, junto a sus aguas frías y saladas. Sin mayores pretensiones, es un entorno más bien plano, no solo en superficie sino en colores, la vegetación es escasa, la presencia dominante del color tierra y el horizonte despejado para contemplar los amaneceres y los atardeceres. Justo cuando se pone el sol, es un momento para el avistamiento de grullas sobrevolando, cantando, danzando, una actividad rutinaria para ellas que se están comunicando entre sí, preparando su lugar de pernocta. Un espectáculo de la naturaleza para ávidos observadores, pudiendo admirar a través del telescopio el vuelo de las grullas, envueltos por el arrullo de su canto, mientras la luz del sol se va atenuando y la brisa fresca va soplando para recordar la llegada del otoño.

El buitre leonado y el sendero de la Hoz Seca.

SENDERO DE LA HOZ SECA IMAGEN 2

A escasos kilómetros del Monasterio de Piedra, se puede visitar el valle del Río Mesa. Es un recorrido transcurre por un paisaje impregnado de tonos rojizos, un material arcilloso que da forma a las viviendas de los pueblos de la zona, unas de color tierra, otras de color blanco, la extensa vegetación de chopos amarillos bordeando el camino y las aguas transparentes del Río Mesa hasta llegar al impresionante barranco de la Hoz Seca. Este lugar invita a la práctica del senderismo, junto con la Laguna de Gallocanta forman parte del sendero GR-24 que recorre paredes verticales, pueblos, páramos y bosques de chopos.

El recibimiento al sendero de la Hoz Seca es protagonizado por la Ermita de Nuestra Señora de Jaraba, una construcción religiosa que data desde el siglo XIII, su peculiaridad es que sobresale de las paredes verticales del barranco, como tallada sobre las rocas. En los entresijos del camino, se puede encontrar un poco del llamado té de roca, planta con propiedades digestivas y de olor similar al romero y la albahaca, también arbustos como las sabinas blancas y negras, cuya madera resistente e imputrecible se dice que sirvió para las construccones de la Armada Invencible.

ERMITA DE NUESTRA SRA DE JARABA IMAGEN 3

En esta región del valle del Río Mesa se contabilizan alrededor de 200 especies de aves. Aquí puede realizarse el avistamiento de otro ejemplar interesante, el buitre leonado, ave de vuelo majestuoso que abarca más de dos metros con la extensión de sus alas. Los buitres son aves rapaces que se alimentan de carroña, no son una especie muy popular e incluso en algunas personas pueden despertar cierto temor.

Jordi Pérez, de El Vuelo del Buitre, dice que la región ha sido declarada Lugar de Interés Comunitario (LIC) y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) para garantizar la preservación de esta especie que se ha visto amenazada en varias oportunidades.

BUITRE LEONADO IMAGEN 4

Nos cuenta que hace unos años cuando se produjo la epidemia de las vacas locas, la Unión Europea reguló y prohibió la presencia de animales muertos en áreas abiertas, esta carne descompuesta es la principal fuente de alimentación de los buitres, al desaparecer, se rompió la cadena de alimentación y se redujeron las colonias de esta especie. Como adaptación al entorno, comenzaron a producirse modificaciones en los hábitos alimenticios de los buitres, registrándose ataques a ganado vivo.

Para equilibrar esta situación, la Unión Europea tomó la medida de implementar “comederos” para los buitres donde se esparcía carne de ganadería intensiva. Una vez más, la solución generó más problemas. Estos animales de granja son criados y tratados con dosis de medicamentos nocivos para los buitres ocasionando enfermedades a las cuales no están preparados para sobrevivir. A raíz de esto, se toma la decisión de surtir los “comederos” con animales criados en ganadería extensiva, carne con menos toxinas perjudiciales para los buitres.

El avistamiento de las aves en sus viajes sin fronteras es un fenómeno que abre una ventana para valorar la armonía de la naturaleza y, al mismo tiempo, es un espejo que refleja nuestro impacto sobre ésta.

Ana Varela
Viajera independiente, venezolana de nacimiento y española de herencia. Ha fusionado su experiencia profesional en Marketing con el Periodismo de Viajes. Emprende cada viaje atraída por la diversidad cultural, la naturaleza, la gastronomía, la fotografía y la reflexión.
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