Todo viaje es susceptible de ser registrado, pero no a todos los viajeros les gusta hacerlo de la misma manera. Existen tantas formas de explicar la vida como de vivirla. Algunos optan por volcarse a la fotografía, íntima y espontánea, otros por experimentar con el vídeo casero. Tal vez otros aún siguen apegados a la escritura corta y romántica del elemento ‘postal’.
Generar recuerdos para el post-viaje es algo que forma parte de la historia viajera. Pero solo algunos dedican un elevado porcentaje de tiempo en registrar y divulgar sus pasos. Son los más entusiastas y, me atrevo a decir, los más perfeccionistas e idealistas. Son (somos) los periodistas, escritores y storytellers del mundo de los viajes. Un sello, y profesión, que ha emergido por si sola, por necesidad. Por pasión pura.
Entrenado a registrar o no, a todo viajero le gusta celebrar que lo es. Es así como, por tercer año consecutivo, la Red Argentina de Bloggers de Viajes, RedViajAR, convocó a amantes del movimiento, del turismo y del sello 2.0. Lo hizo el pasado 19 de septiembre en pleno centro de la ciudad de Buenos Aires. El encuentro tuvo un ‘quehacer’ distendido y combinó varios de los objetivos de la red: dar voz a un nuevo sector comunicativo del viaje, crear sinergias entre sus componentes, profesionalizar la generación de contenidos en el mercado del turismo e inspirar a nuevos viajeros a tomar sus plataformas online. Todo, con un elemento imprescindible: el manejo de las redes sociales.
El evento ofreció dos dinámicas de charlas. Aquellas dedicadas a la mejora técnica y aquellas destinadas a presentar experiencias personales de miembros de la red. En el primer caso, se incluyeron consejos para dar pasos en el video blogging, se aportó un manejo básico de SEO, se tocaron estrategias de publicación, y se otorgaron otros consejos relacionados con la salud. En el segundo caso, se dieron nuevas miradas a destinos tan visitados como Cuzco, en Perú, y se destacó a la mujer con su rol de viajera, la que va sola y la que se mueve en compañía. Estos y otros temas configuraron un encuentro que también ayudó a poner rostros a la comunidad virtual. El resultado fue una fusión de público ‘expertise’ con público amateur. Unos con bagaje de blogging viajero, otros con anhelo de dar sus primeros pasos en el mundo 2.0.
Destacada fue la charla de Nair Felis Rodríguez, en la que presentó datos interesantes acerca de las tendencias actuales en la web 2.0 que se amplían en este texto. ¿Cómo penetró Internet en el mundo? ¿Cómo afectó al mundo del viaje? ¿Y cómo lo hizo, concretamente, en Argentina?
Muchos de nosotros, argentinos o no, venimos de una infancia cándida en la que empezamos a viajar. Aprendimos a observar a nuestros padres con sus cámaras analógicas, cambiando el carrete bajo ropas y mochilas para evitar ser velados. Las fotografías se sacaban a cuenta-gotas. Era un evento más. Compartir el viaje, a posteriori, era una excusa festiva. Viajar era algo íntimo, familiar, casero.
Internet irrumpió con todo, lo abrió todo y desplazó la versión romántica y artesanal del viaje. Su uso se popularizó en Argentina a finales de los 90. Mundialmente, nacieron plataformas sociales de expansión ilimitadas. MySpace nacida en 2003, Facebook en 2004, Twitter en 2006 e Instagram y Pinterest en 2010. La introducción de los smartphones acabó por sacudir el panorama. Y la suma de las apps en los aparatos móviles rompió una posible marcha atrás. Si en 2009 se usaba un 8% de Internet en móvil por viajes de ocio, y un 25% por viajes de negocio, en 2012 la cifra aumentó a un 38% por viajes de ocio y a un 57% por viajes de negocio.
Cambio de paradigma no solo para el mundo empresarial, también para el mundo de aquellos que buscan escapar, descansar o cortar con la rutina. Vivir para la web y a través de la web es algo ya imposible de negar en un viaje. No sólo por el que viaja y ofrece su experiencia, también por el que acompaña tanto como lector y buscador de nuevos destinos.
Gracias a las redes, el viaje ya no solo se comparte, se inspira. ¿Pero inspiran realmente las redes sociales? ¿Dónde está esa línea fina que divide la inspiración y la invasión? Como todas las pasiones (y adicciones) en la vida, se pueden entender como una excelente oportunidad, en su justa medida. Para no ser dominado por Internet hay que saber dominar a Internet.
En Argentina existe un 55% de penetración de Internet (teniendo en cuenta que el promedio mundial es de un 35%). Se dedica un promedio de 5,2 de horas al día en Internet en PC o en laptop y un 3,4 de horas diarias en Internet en móvil. Un 4,3 de horas al día son usadas en redes sociales. Argentina es el segundo lugar en América Latina, después de Brasil, que consume más minutos y páginas de sitios de redes sociales.
El público que consume contenido online de forma diaria es exponencial y es ahí donde los narradores del sector viaje tienen un nicho importante. Atraer lectores y perfeccionarse en las redes es clave. Saber generar contenidos, también.
Retos que se van construyendo con el tiempo, con el trabajo de campo y, en este caso, con el trabajo en equipo. Ahí entran los deseos y misiones de asociaciones como RedViajAR. En esta caso, una red que cuenta con 65 miembros, y sus respectivos blogs, y una cadena de 850 mil visitas mensuales.
No es solo la única. Existen otras asociaciones de viajeros en todo el mundo que creen en el blog como medio de posicionamiento en el sector. Barcelona Travel Bloggers, Galicia Travel Bloggers o Madrid Travel Bloggers, en España, o la Associação Brasileira Blogs de Viagem, en Brasil, son sólo algunos ejemplos de ello. Cada red tiene sus normas de acceso y colaboración (una cuota anual, un mínimo de entradas posteadas, etc.), pero todas cuentan con caminos similares: la representación del escritor-redactor freelance, la mejora de relación con las agencias turísticas, la creación de blogtrips y, hasta en algunos casos, la creación de una bolsa de trabajo.
Todas, también, se enfrentan a sus propios retos. ¿Cómo liderar un abanico tan rico? ¿Puede una asociación representar a tantas voces? ¿Quieren todos sus miembros profesionalizarse o prefieren mantener un espíritu libre (e idealista) de viajero? ¿Se debería filtrar el contenido de los blogs? Reinventar un sector que aún no está inventado es toda una incógnita. Y una oportunidad. Está todo por hacer y se está haciendo.