El otoño juega al escondite y la playa luce espectacular. La diviso a lo lejos, acercándose por la avenida. Tiene que ser ella, estoy segura. Sus rizos que le imprimen fuerza, danzan con la brisa y su kimono de un estampado multicolor -intuyo que es una prenda de alguna de sus colecciones-, me reafirman que debe ser ella. Es la primera vez que nos vemos, pero nos damos un abrazo como los que se brindan las amigas de siempre. Aquel día, el sol nos golpeaba en los hombros y decidimos refugiarnos en un local de batidos naturales.
Hace tan solo cinco minutos que estamos juntas y detecto que me siento cómoda, en confianza. Sí es ella, Fátima García. Aventurera con ideas innovadoras y con un proyecto vinculado a los viajes o cómo los viajes culminan en diseños; proyectos enfocados a la diversidad cultural, al bienestar, al movimiento slow. Diseñadora, antropóloga, pero sobre todo, se dice una viajera comprometida con la sociedad y el medio, es una mujer que transmite fuerza, que busca la esencia de los pueblos para posicionarse -siempre desde el respeto- “en otro contexto, en otra cultura”, pero también para “vivir en la piel del otro”.
“Me defino nómada porque creo que ya desde chiquitita apuntaba maneras por querer volar”. Aquí está la clave para entender su proyecto y sus ganas de embarcarse en diversas aventuras. La necesidad de moverse y descubrir otras realidades fue una constante que la impulsó a desarrollar un primer trabajo creativo relacionado con el diseño: Atis Tirma Creatividad. Una etapa que la sumerge en el mundo creativo a través de los mandalas y la espiritualidad y que se convertiría en el antecesor de proyecto actual: Indiga Ethnik.
Indiga Ethnik es un espacio vinculado al diseño de moda. Una plataforma desde donde mostrar creaciones y proyectar un estilo de vida en el que siempre hay lugar para los viajes. Diseños y creaciones auténticas inspiradas en el nómada, así como colaboraciones con otros artistas que velan por el comercio justo y la sostenibilidad. La difusión de actividades y manifestaciones socioculturales que empatizan con los valores de Indiga Ethnik, son metas que dan cimientos al proyecto.
Para Fátima García, Indiga Ethnik es “una transmutación” del proyecto primigenio, con la que pretende integrar no sólo la parte más ligada al diseño, también aspectos que involucran la artesanía, la música y la idiosincrasia de otras culturas, la práctica del yoga, la promulgación del bienestar, la sostenibilidad, la fotografía, la moda… “Es una visión del mundo, una forma de entender las cosas y también de hacerlas”.
Un proyecto hecho de esencia viajera
Los minutos corren sin que seamos conscientes de que el reloj tiene prisa. La vida transcurre a lo largo del ventanal junto al que estamos sentadas. Continuamos la conversación animadas y paramos, solamente, para dar algunos sorbos a los batidos que reposan sobre la mesa de madera. Tengo enfrente a una mujer que comunica con su cuerpo, no sólo es posible escuchar su voz, también sus manos balanceándose con la gesticulación; sus ojos abiertos que no dejan escapar el momento; sus labios construyendo palabras que hilan un discurso firme y cargado de significado que refuerza con la rectitud de su espalda.
Guinea Ecuatorial, Marruecos, México y -próximamente- La India, son los sellos en su pasaporte que se acompañan de una búsqueda permanente. “Las ganas de viajar se plasman en el proyecto, a través de las inspiraciones, de las fotografías” y se convierten en estímulos transformados en arte que se reflejan en Indiga Ethnik, a través sus dos colecciones: Nomad Gypsy, centrada en adornos para pies y calzados y que bebe mucho de la tradición hindú; y Wanawake -”mujeres” en swahili- donde despliega el color de las telas africanas que conforman un complemento fundamental en la estética de sus mujeres.
Mujeres: un viaje de ida y vuelta
Precisamente, somos nosotras, las mujeres, las principales protagonistas de esta aventura. Aunque sin excluir a los hombres, contamos con un peso relevante en este trabajo. Una creación donde la joven grancanaria establece conexiones y afirma que “todas somos especiales, diferentes” aunque siempre hay un espacio común, un lugar de encuentro. Indiga Ethnik aprovecha la coyuntura para darles voz a todas, a las de aquí y las de allá, con su propia manera de entender el mundo. Las creaciones muestran muchos de los ideales que abanderamos: “la fuerza, el emponderamiento, la belleza…”
“Seguimos siendo uno de los sectores más vulnerables”, comenta. A pesar del machismo y la sociedad patriarcal; de los prejuicios y los peligros, “han aumentado las oportunidades de desplazamiento para nosotras”. Menciona a las blogueras, periodistas o aventureras que dan el primer paso y de su propia experiencia vital; recuerda su estancia en México y cómo viajó con dos amigas a través de todo el país sin mayores problemas, aunque sin olvidarse nunca a su mejor compañera: la precaución.
Son las dos de la tarde, la cafetería cierra y nos mudamos tranquilamente hasta una explanada junto al mar. Charlamos sobre el viaje social y el slow travel -dos tendencias al alza- con los que ella se siente identificada. “Disfrutar, saborear, reflexionar, cuestionarnos…” son aspectos que motivan un viaje y que además conectan con la filosofía que promulga. “La idea del viaje no solamente como experiencia, como aprendizaje, conocimiento, encuentro con el otro; como vía para ayudar a la dinamización económica y cultural de los destinos”.
El calor de la tarde es cada vez más fuerte, pero una ligera brisa refresca por momentos la atmósfera. El salitre que escupe el oleaje, reposa ahora sobre nuestro rostro y decidimos levantarnos del suelo remolonas. Entre risas, nos dirigimos hacia la avenida y veo en su ánimo la enorme ilusión que provocan los nuevos proyectos. Tal vez, aunque en presencia esté junto a mí, su mente y su alma estén volando ya rumbo a La India. El viaje está en su ADN, la acompañará con todo ese bagaje aventurero que transforma en diseño, arte y creación.
