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jueves, diciembre 12, 2024
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14 años dando la vuelta al mundo: viajeros 4×4

¿Cómo puede una pareja renunciar a sus trabajos, subirse a una 4×4 y salir a viajar por el mundo por cuatro años, después llegar a los siete años y decidir terminar el viaje en diez, para luego, presentar un tercer libro del viaje  y celebrar catorce años por el mundo? Esta gente qué piensa de la vida, ¿qué se puede andar por este planeta así? ¿Con tanta libertad? ¿Pero cómo es una vida así? ¿Hoy duermo aquí y mañana no sé? ¿No tienen casa? ¿Y las deudas? ¿Están en paro?

Estamos condicionados a que la vida es trabajar para ganar más, tener más y ser así más felices, suponiendo que ya lo somos. A encontrarnos a nuestra media naranja, comprar una casa, tener hijos y celebrar sus cumpleaños hasta que llegue su boda y pasar a ser abuelos. A tener tarjetas de crédito porque todo es con crédito. Tener agenda, reloj en el celular, reloj en casa, reloj en mano, en el estéreo del coche, en la pantalla de la computadora. ¿Cuál es la prisa? ¿Por qué corro? Estos dos viajeros no solo le dieron vueltas a sus dudas: las escucharon.

Anna Callau es de Barcelona. Un día mientras estudiaba la carrera universitaria se dio cuenta que la odiaba, así que la dejó. Se acomodó en una promotora de conciertos y le gustó. Se cruzó con Pablo Rey, un argentino nacido en Buenos Aires que se había establecido en la ciudad. Activo y reconocido fue su paso por el mundo de la publicidad en España que, tras el regreso de un viaje por África, vinieron días con sabor a más vacaciones, a que se habían quedado cortas. Sintió que estaba viviendo al revés. A tener la sensación de que el tiempo valía más que el dinero, entonces un día se reunió con Anna y le dice: ¿Queréis venir a dar la vuelta al mundo conmigo?

Aquel día cuando llegamos a casa saco un mapa con la ruta que había hecho por África y la que quería hacer y me dice: mira qué te parece si juntamos los ahorros, alquilamos el piso y nos vamos a dar la vuelta al mundo en un 4×4”. Cuenta Anna, que si crees que pasaron días y semanas para que le diera una respuesta a Pablo… no, no fue así. Pasaron 20 minutos y ya estaban planeando alquilar el piso para pagar la hipoteca, buscar dónde poder publicar sus historias y ajustándose el cinturón en gastos para ahorrar.

¿Pero en qué estabas pensando, Pablo?  “Jamás olvidaré el lunes que apoyé el cañón de una pistola en mi cabeza y disparé hasta quedarme sin balas, sin detenerme a pensar en lo que hacía para no darle otra oportunidad al arrepentimiento. Era la despedida a un trabajo fijo, la renuncia a un futuro previsible, la jubilación de la seguridad. Pasaban diez minutos de las diez de la mañana y mis últimas palabras decían, más o menos, ‘quédense ustedes con el muerto que  yo me largo’. Mi cuerpo se desplomó y yo salí por la puerta”.

¿En el trabajo que dijiste, Anna?Os quedáis con su trabajo, me voy  a dar la vuelta al mundo… Pringaos”.

Un 20 de junio del 2000, decidieron renunciar a la vida que llevaban y le dieron paso a unas vacaciones permanentes. Han pasado 14 años de un viaje que se ha convertido es una decisión de cómo vivir la vida. De no ver el reloj y guiarse por la luz del día, de sentarse a contemplar, de caminar y pasear. De hacer una ruta que no va a ninguna lado, sino a todo el mundo. Hace 14 años se subieron a La Cucaracha, la furgoneta 4×4 modelo 1991, salieron de Barcelona, bajaron a África y siguieron por América y siguieron y siguieron y siguen.

Antes de salir de viaje Anna tomó un curso de mecánica y Pablo uno de fotografía.

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En 2015 esta pareja cumplió 15 años dando la vuelta al mundo. |Fotrografía: Viajeros 4x4x4

 ¿Qué si tienen historias?

“Estábamos en Venezuela, nos tiraron un piedrazo en la puerta, estábamos durmiendo. Nos levantamos, me pasé al asiento de piloto y arranqué”.

“Íbamos atravesando África, de pueblo en pueblo y en un pequeño, imagina la bocina del coche con el mugir de una vaca como sonido, el pueblo entero se reía cuando íbamos pasando” cuenta Pablo. El que también las escribe.

“Era un viernes y en los países árabes es como nuestro domingo, todo está cerrado. Necesitábamos recargar para seguir cocinando y claro, al encontrar el sitio, estaba cerrado. Tocamos, nos abrió la puerta un hombre que no sólo nos cargó la bombona, nos invito a pasar a su casa y quedarnos allí con su mujer y sus nueve hijos. Compartimos con ellos varios días y terminé preguntándole la razón de invitarnos a su casa. Nos invitó precisamente por eso, porque no nos conocía”.

¿Cómo llevaron el tema de seguridad, Pablo?

“¿Cómo prepararnos para lo que nos hubiera podido pasar? saber que te van a asaltar, te van a robar, que habría momentos que no la pasaríamos bien y asumirlos, prepararnos para que nos ocurriera lo inesperado, pero nunca te imaginas de qué forma. Nos robaron en Atenas y me dejaron sin ropa, en Brasil Anna estaba dentro de la furgo, yo afuera y en eso se acerca un tipo, me toma del cuello, Anna sale con el spay de pimienta pero llega otro y bueno, termino en forcejeo”.

Son tres los libros que cuentan las historias de este viaje. “Historias en Asia y África” su primer libro, editado en Buenos Aires de 2007. Un relato del descubrimiento de los otros lejanos, de los extraños que no hablan tu idioma y de lo que uno realmente quiere hacer en la vida. Le siguió en 2010 “El libro de la independencia”, el relato de los caminos accidentados de Babel, un viaje por algunas de las peores rutas del mundo de la furgoneta 4×4 transformada en una casa con ruedas. Sin baño, sin ducha, sin patrocinadores, sin hoteles, sin teléfono. Su último libro “Por el mal camino, Sudán – Etiopía – Kenia”, representa la ruta más cruda, ese sitio donde tienes que estar preparado para que te ocurra lo inesperado. Con playas espectaculares, encuentros con desconocidos, animales salvajes y tribus en lugares inolvidables.

¿Qué si habrá más? Tienen pensando hacer una ruta por Japón, Corea, Mongolia, Rusia…  Parece que si se puede ir así por la vida, como alma libre.

 

 

 

Fotografías: Viajeros 4×4
 
 
Arlene Bayliss
¡Ahorita Vengo! Eso dijo en su casa y no ha vuelto. De Tijuana en Barcelona. Comunicación y periodismo de viajes.
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1 COMENTARIO

  1. Bueno, eso de dedicarnos a contemplar pura y exclusivamente… ¡ya me gustaría! ¡Con lo que hay que trabajar para juntar el dinero para seguir en la ruta!
    Libros, artículos, charlas, conferencias, redes sociales, la nueva web, buscar publicidad, hacer la versión para libro digital, aprender lo que no sabes para seguir siendo libres… la vida del viajero y escritor independiente es casi trabajo constante, a no ser que seas heredero, te haya tocado la lotería o tengas un sponsor que te pague buena parte de los gastos!
    O sea, hay que trabajar. 🙂

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