Ted Simon supera en la actualidad los ochenta años. Periodista y escritor, aunque estudió Ingeniería química, cuatro décadas atrás emprendió un inclasificable viaje en aquella época; de locos, el que a muchos nos gustaría hacer: una vuelta al mundo…seguida de otra vuelta al mundo. Octogenario, cada vez más sabio, atesorando aún aquella vitalidad setentera, sigue sobre su moto, moviéndose, escribiendo y compartiendo sus experiencias en conferencias universitarias, charlando sobre en qué consiste eso de viajar.
Alguien dijo alguna vez que lo mejor de un viaje sucede antes y después. Para los que admiramos, respetamos y hasta idolatramos a todos esos aventureros (temerarios o no) que se lanzan a explorar qué hay ahí fuera, en el caso de Ted Simon, y para regocijo del resto de los mortales, lo mejor vino después. El después llegó con el título «Los viajes de Júpiter» editado por primera vez en 1979 y reeditado en 2009 por Interforlio Libros. Un libro que hizo que la experiencia de viajar durante cuatro años (1973-1977) dando la vuelta al mundo en moto se convirtiera en la aventura de todo el que quisiera leerlo. Motorcycle Sport lo consideró como el mejor libro de viajes en moto jamás escrito. Los Angeles Times lo consideró una lectura llena de agudas observaciones y sabia percepción, pero no exenta de drama, tensión y peligro.
Este periodista británico recorrió el planeta sobre una Triumph monocilíndrica. Tal y como suena. Hace cuarenta años, sin teléfono móvil, internet ni redes sociales. Tal vez fuera por eso que tuvo tiempo de hacer infinidad de cosas y de que le sucedieran otras tantas. Por eso su libro tiene 750 páginas. «Para entender mi trayectoria personal, hay que imaginar primero cómo era la vida a principios de los años 70. El mundo había cambiado de forma radical después de la II Guerra Mundial. Por supuesto, el ser humano ha viajado desde tiempo inmemorial, pero en aquella época en Occidente empezamos a interesarnos por los países más lejanos, por la pobreza… Lugares como India o África se volvieron muy atractivos. La gente hablaba sin parar de estos sitios. Se empezó a tratar los asuntos medioambientales. Una vez acabada la II Guerra Mundial, la prosperidad que trajo el fin de la contienda hizo que empezásemos a tener curiosidad por el resto del mundo. La TV se llenó de programas sobre lugares exóticos. Yo había trabajado en algunos periódicos, así que tenía algunas nociones sobre el mundo, que en realidad eran muy superficiales. Me di cuenta que lo que transmitían los medios de comunicación era solo una parte de la verdad, una visión muy estrecha de lo que estaba ocurriendo en el mundo».
Océanos, selvas, desiertos, montañas… 126.000 kilómetros a través de 45 países, tratando con todo tipo de clases, de personas y de clases de personas. Para Ted Simon, “este viaje fue también un viaje de descubrimiento al centro de mi espíritu”. No cabe duda de ello, más aún tras haber sido retenido en Brasil durante una larga temporada al ser tomado por espía inglés.
Los que hemos viajado en moto sabemos que mientras vas conduciendo los pensamientos recorren tu mente prácticamente a la misma velocidad que circulamos, y por eso Los viajes de Júpiter puede ser considerado, también, prácticamente como un ensayo filosófico. Filosofía pura y dura es el pasaje en que el autor dice que “el largo, duro y solitario viaje en moto causa un tipo de respeto diferente al que te ve llegar de esa manera”. Y la empatía pura y dura se extiende como mancha de aceite motor entre los que, vuelvo al asunto, también hemos viajado sobre dos ruedas y leemos pasajes de este calado.
Eso de recorrer el mundo sobre una Triumph de los años setenta, durante los años setenta, da pie asimismo a situaciones curiosas y a anécdotas, muchas anécdotas. Fue tal la admiración que se le profesó al llegar a un poblado de Sudán, que Ted Simon se vio presionado a dar una charla desde una tribuna en mitad del desierto a los cien alumnos de una escuela de secundaria. Ésta es la grandeza de la aventura y la exploración: que son precisamente situaciones como éstas las que en un resort de cinco estrellas no vas a experimentar nunca.
Ted Simon, que por aquel entonces trabajaba para el Sunday Times, diario de Londres, no bajó nunca la guardia durante el viaje, consciente de que la información de primera mano sólo se la podría facilitar la gente con la que se iba cruzando. «En los años 70 estaba un poco preocupado por el dinero. El Sunday Times me dio 2.000 libras. Luego, a medida que comencé a viajar, me di cuenta que se podía hacer casi sin nada. Llegaba a sitios donde la gente nunca había visto a un tipo aparecer en moto, recibí tanta ayuda que podría haber hecho el viaje casi sin dinero. En India me convertí en un mendigo, pero tuve más éxito que los propios indigentes indios, lo que tampoco era fácil. Hoy no creo que funcionase, pues hay mucha gente viajando. Tienes que encontrar algo que sea único, extraño, difícil; que te distinga de todos los demás. Cuanto más despacio vayas, más barato es. Tienes que moverte muy lentamente por muchas razones. Primero, porque así no te pones enfermo tan a menudo. Te da tiempo para aclimatarte a las condiciones meteorológicas, la comida, los bichos. Segundo, si vas despacio tendrás más oportunidades de conocer gente y que ésta te ayude. Además, de esta manera gastas menos dinero. Debes dejar el final abierto, sin que esté todo planificado. No es posible hacer un viaje de este calibre si debes estar de vuelta en la oficina dentro de tres meses».*
Pero es que Ted Simon, además de inquieto, es un tipo provocador. En 2001, a sus setenta años, comenzó otra vuelta al mundo en una BMW R80 GS, donde intentó seguir el mismo recorrido de Los Viajes de Júpiter, en busca de viejos amigos y cambios en el orden mundial con un después llamado (2012) Los sueños de Júpiter. No paró, siguió y sigue viviendo los antes y los después, como él mismo dice: «El viaje son las interrupciones».
*Fragmentos de su entrevista en Motociclismo. Si te interesan sus libros, los puedes encontrar por aquí.
Gracias por darnos a conocer a estevgran personaje y su obra. Quedan apuntados sus libros y reflexionadas sus palabras.
Un saludo!
La trilogía de Los viajes de Júpiter seguramente se leerá dentro de 100 años como buena literatura. Aunque el género de viajes es un poco el hermano pobre de la literatura. Gracias por ponerlo a su nivel.
Creo que ya es buena literatura, aunque es cierto, le falta mayor empuje. Espero que no sean necesarios tantos años…