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Josefina De la Torre en los recuerdos de Gran Canaria

Las Palmas de Gran Canaria ha sido fuente de inspiración de varias generaciones de escritores que nacieron, se criaron o se cobijaron en ella. Al abrigo de su isleta de volcanes y brisa marina parieron versos o forjaron un estilo con la esencia de una ciudad de raíces africanas, espíritu europeo y aires hispanoamericanos. Benito Pérez Galdós o Tomás Morales. Y entre las menos conocidas: Josefina de la Torre (1907-2002). 

Josefina De la Torre en Gran Canaria está entre sus propios recuerdos. Poeta, actriz, soprano, periodista. Anduvo a medio camino entre el Modernismo Canario y la Generación del 27; trabajó como primera actriz del Teatro Nacional e incluso dobló a la mismísima Marlene Dietrich. La ciudad donde pasó su infancia y adolescencia conserva rincones que permiten recordarla. 

¿Viajamos a ellos? Con los recuerdos de Josefina De la Torre en Gran Canaria.

Josefina De la Torre y el recuerdo de una plaza en Gran Canaria

Fotografía antigua de la plaza de San Bernardo. Fuente: Gran Canaria virtual

“Allí arriba, el cuarto pequeño con la puerta abierta frente al limonero de la casa vecina y el risco poblado de casitas de colores y gritos lejanos” (Versos y Estampas, 1927) 

Es la descripción de una instantánea, la que Josefina observaba desde la azotea de su casa localizada en la popular plaza de San Bernardo. En una de esas señoriales casas que la flanquean, vivía con su familia la cual tuvo mucha importancia en su devoción artística.

Su abuelo era el periodista e historiador Agustín Millares; sus tíos los conocidos dramaturgos hermanos Millares; su primo, el pintor Néstor Martín Fernández de la Torre. Ellos, juntos a sus padres y su hermano Claudio mecieron sus primeros acercamientos hacia el arte. 

Claudio de la Torre  – galardonado con el Premio Nacional de Literatura en 1924- fue una de las figuras más influyentes para Josefina De la Torre. Su hermano se convertiría en su mentor, su protector y su compañero profesional en varias ocasiones.

Precisamente, él escribiría en 1940, Alicia al pie de los laureles, inspirado en esta plaza de su infancia. Una placa de mármol con un fragmento del libro hace resonar su recuerdo en este rincón de la ciudad, de Josefina De la Torre en Gran Canaria.

Poesía de Domingo Rivero en la ruta de Josefina De la Torre

Josefina De la Torre, “Archivo de fotografía histórica de Canarias. Cabildo de Gran Canaria. Fedac
Josefina De la Torreo en Gran Canaria. Foto: Archivo de fotografía histórica de Canarias. Cabildo de Gran Canaria. Fedac

Para la escritora Selena Millares el “Posmodernismo canario” fue la auténtica generación de Josefina. “Colaboró con poetas del 27 a partir de sus estancias en Madrid y es justa su inclusión en este grupo” -subraya-. Al mismo tiempo reconoce que la “precoz iniciación” de Josefina en la literatura, parte del contacto con la generación de intelectuales canarios. 

Su hermano mantenía una amistad con Domingo Rivero, quien detectó las cualidades de Josefina desde muy niña. 

“Tus versos se parecen a palomas que vuelan hasta las cercanas lomas, para volver al nido (…)”  Es un extracto del poema que el conocido como “poeta del cuerpo” dedicó a una joven Josefina, a la que había corregido sus primeros textos. 

La poesía forma parte de los recuerdos que conectan a Josefina De la Torre con Gran Canaria.

La plaza de Cairasco, el Gabinete Literario y el Hotel Madrid en la vida de Josefina De la Torre

La plaza de Cairasco en 1900-1910 por Luz Perestrello. |Foto: Archivo de fotografía histórica de Canarias. Cabildo de Gran Canaria. Fedac

Estas tres localizaciones se encuentran en un mismo punto geográfico, entre los barrios de Triana y Vegueta. Un enclave que se sitúa a escasos minutos de la plaza de San Bernardo y que, de manera indirecta, ayuda a explicar el contexto social y cultural que acompañó a la poeta canaria. 

Bartolomé Cairasco de Figueroa es considerado el padre de la literatura canaria. Nacido en el siglo XVI se puede decir que fue el primer poeta canario oficialmente conocido. En esta plaza de aspecto bohemio, enmarcada entre el Gabinete Literario y el Hotel Madrid, se levanta su estatua en homenaje a las letras canarias. 

Cuatro siglos más tarde nacería Josefina y, casualidades de la vida, se podría decir que también fue pionera, como él, en el arte de escribir. 

De la misma manera, el Gabinete Literario es otro símbolo del florecimiento cultural de la ciudad a principios del siglo XX. Fue el patrocinador de los Juegos Florales celebrados en 1910 e impulsados por Unamuno.

Un Unamuno, al que por cierto, le unía una estrecha amistad con Luis Millares, tío de Josefina. Así lo expresa el propia Unamuno en el texto Un recuerdo puro (1910) donde relata su experiencia en la isla:

“Me llevo el recuerdo de las horas de la tarde que mataba, mejor dicho, que vivifican, en casa de Luis Millares, debatiendo de lo humano y lo divino -más acaso de lo divino que de lo humano- y bordeando de continuo el misterio entre una y otra taza de té (…)”

El Hotel Madrid no se ha dejado engañar por el tiempo. Sigue conservando el sabor de la intelectualidad, el rumor de las conspiraciones y la huella de la historia. Sí, porque sin haberlo pretendido se convirtió en el epicentro desde donde se originó una de las etapas más oscuras de la historia española: la Guerra Civil. 

La noche anterior al alzamiento militar, Franco pasó la noche en la intimidad de una de sus habitaciones.

Precisamente, la “protesta de silencio” que se ha atribuido a Josefina y Claudio en relación a la Guerra Civil y la posterior dictadura, fue muy criticada. Sin embargo, se debe recordar que la familia era de tradición Republicana. La no manifestación activa sólo correspondía a un modo de protección y prudencia ante un régimen sin escrúpulos. 

Para Josefina este período imprimió un dolor inmenso que se detecta sobre todo en su poemario Marzo Incompleto (1968):

“Estoy clavada en el espacio, inmóvil

como una mariposa prisionera. 

Coleccionista ciego no dudaste

en dejar a los aires sin adioses. 

Ya no puedo moverme de este quieto 

rincón de sueños de mis alas muertas, 

donde mi corazón tiene prendido

el filo agudo que le clava el tiempo. 

A veces por el borde de los años

-siete colores de sangre quieta

pasa rozando el viento y las alegres

desconocidas voces de otros tiempos. 

Pero clavada estoy y ya no puedo

descubrir mundos, ni contar estrellas” 

Josefina y el Teatro Pérez Galdós

Las escaleras del Teatro Pérez Galdós en 1928 por Kurt Herrmann. |Foto: Archivo de fotografía histórica de Canarias. Cabildo de Gran Canaria. Fedac

“Su temprana vocación literaria corre en paralelo con su gusto al teatro”. Son palabras de la periodista Alicia Mederos que muestran que Josefina no se casaba solamente con la literatura. Amaba el teatro y de esto da cuenta un amplio currículo

En este se recogen sus trabajos como primera actriz en el Teatro Nacional María Guerrero, pero también en el de Nuria Espert, Vicente Parra o Amparo Soler. 

El Teatro Pérez Galdós es el reconocimiento de la ciudad a uno de sus canarios más internacionales. Su andadura también está enlazada con la de Josefina – no solo por los lazos familiares que les unían- también porque tras su muerte, la “muchacha isla” le brindó unos versos que delataban el reconocimiento a la pérdida del escritor: 

“Hermana, hermana, hermana;

¿ha muerto Don Benito?

Todos, todos lloraban, 

todos, todos los míos.

 Y hasta mi pluma ahora

al escribir sin ruido 

es como si callara:

¡Ya murió Don Benito!”

La playa de las Canteras, el mar de Josefina

Playa de las Canteras desde el Teatro Hermanos Millares en 1940-1945. |Foto: Archivo de fotografía histórica de Canarias. Cabildo de Gran Canaria. Fedac

No se puede hablar de Josefina sin acordarse del mar. Porque el mar siempre estuvo presente en su poesía, porque en 1914 la casa de la playa de Las Canteras le reportó momentos muy felices. Allí, junto a sus familia y capitaneados por sus tíos, los hermanos Millares, desarrollarían “el teatrillo”. 

Uno de los acontecimientos que acentuaría aún más su pasión por la interpretación. 

Tanto en Versos y Estampas (1927), como en Poemas de la isla (1930) se aprecia esa influencia de la naturaleza, del paisaje isleño. Las referencias constantes a la playa  son el reflejo de su experiencia vital en la isla. El resultado de una infancia y adolescencia junto al mar… 

“Si ha de ser quiero que sea 

de pronto. Cuando yo piense

en horizontes dormidos

y en el mar sobre la playa

Si ha de ser, que me sorprenda

en mis mejores recuerdos

para hacer de su presencia

un solo signo en el aire. 

Dormida no, ni despierta:

si ha de ser, quiero que sea.”

(Poemas de la isla, 1930)

Josefina De la Torre en Gran Canaria y fuera de su isla, es considerada como uno de los miembros de la Generación del 27, un grupo de escritores y poetas españoles del siglo xx, y también una de Las Sinsombrero, mujeres artistas españolas nacidas entre 1898 y 1914. 

“Josefina tras la ventana”, es el primer libro de Laura Medina Alemán en donde profundiza en la vida de la propia Josefina De la Torre”.

Josefina de la Torre, Laura Medina Alemán

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Laura Medina Alemán
Nació en las Islas Canarias, España. Sus estudios se concentran en el periodismo y el turismo en un viaje constante a través de la literatura, la música, la fotografía y las terminales de aeropuertos.
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