¿Cuáles son las ciudades más visitadas de México? El problema y la ventaja viajera es que es tan grande que se pueden colocar tres veces al Reino Unido dentro de sus fronteras. Es casi dos veces más grande que Texas, el segundo estado más grande de Estados Unidos. Imagínate, podrías alinear más de veinte veces la longitud de Italia a lo largo de México. Si estás pensando en viajar por México en coche, prepárate para un viaje épico: podrías cruzar el país desde el océano Atlántico hasta el Pacífico en aproximadamente treinta horas.
¡México es un gigante lleno de maravillas, desde la costa hasta las montañas y la selva! No es por presumir pero además, ¡se come como las mismas diosas!
Lo sé, ¿a dónde ir? ¿Por dónde empezar? ¿Por dónde seguir?
Las 8 regiones más visitadas de México
1. Ciudad de México: Un torbellino cultural y gastronómico
Empecemos por la Ciudad de México, donde pasa todo y no pasa nada. Aquí, la energía es contagiosa y la comida, ni se diga, ¡te van a faltar días para probar y probar y probar! Además, hay una diversidad que hará que te explote la cabeza porque no la entenderás, desde las coloridas trajineras de Xochimilco hasta la grandiosa Catedral Metropolitana en el Zócalo, la capital mexicana es intensa, extensa y, ¿sabías que se hunde cerca de 10 centímetros al año debido a su ubicación sobre antiguos lagos?
Es la segunda ciudad más grande del mundo en número de museos, ¡con más de 150! Y para darle su toque gastronómico, seguro que no sabías que en 2010, veinte mil personas se reunieron para romper el récord Guinness de la mayor degustación de guacamole. ¡Es la capirucha, pues! ¡Sin duda, yo empezaría por aquí!
2. Cancún: Sol, mar, cultura mesoamericana y… ¡Fiesta!
Tenía que decir Cancún para llamar tu atención pero en realidad lo que quiero decir es Riviera Maya. ¿Sabías que su nombre proviene de la combinación de «Riviera», un término francés que evoca glamour costero, y «Maya», en honor a la antigua civilización? Aquí se encuentra el Gran Arrecife Maya, el segundo sistema de arrecifes más grande del mundo. Pero la sorpresa no termina aquí: se puede nadar en cenotes, ríos subterráneos y pozos naturales de agua dulce, que los antiguos mayas consideraban sagrados.
¡La Riviera Maya es un mosaico de maravillas naturales y culturales! Abarca 120 kilómetros de costa del Caribe Mexicano, extendiéndose desde Puerto Morelos, ubicado al norte, hasta Tulum al sur, con Playa del Carmen localizada entre ambos. ¡El caribe mexicano!
3. Guadalajara: Donde el Mariachi y la torta ahogada hacen su magia
¡La tierra donde el encanto mexicano fluye como el tequila en una fiesta! Conocida como la cuna del mariachi y el alma del tequila, Guadalajara es un lugar donde la música y el espíritu festivo se entrelazan en cada esquina. Pasear por sus calles es como caminar al ritmo de una melodía alegre y contagiosa, mientras las trompetas del mariachi resuenan en el aire o, invitándote a unirte al baile.
Y hablando de baile, la música no es lo único que hará que tus sentidos se despierten. Imagina una torta ahogada, ese manjar auténtico de Guadalajara, donde un bolillo relleno de carnitas se sumerge en una salsa picante y deliciosa, como si estuvieras tomando un chapuzón en una alberca de sabor. No empieces, ya sé que dirás que no comes con picante pero sí hay versión de torta ahogada con salsa que «no pica!
Pero si lo tuyo es más bien dulce, la nieve de garrafa es lo tuyo, un postre que no solo se hace a mano, sino que también se elabora en un barril de madera, como si estuvieran mezclando magia en cada cucharada. ¡No, bueno!
La ciudad también es de tesoros artísticos e históricos como el Instituto Cultural Cabañas, un testigo silencioso de la creatividad de uno de los muralistas más icónicos de México: José Clemente Orozco. Sus murales llenos de pasión y mensaje social te llevarán a la reflexión y el asombro.
Guadalajara es rica historia en historia. Desde su papel en la lucha por la independencia de México hasta su legado como cuna de los mariachis, el Centro Histórico cuenta mucho.
4. Oaxaca: Gastronomía, artesanía y mucha tradición
Esta tierra está impregnada de historia, desde las antiguas civilizaciones zapoteca y mixteca hasta las festividades que aún se celebran con mucha pasión. Calles adoquinadas y arquitectura colonial. Una imponente Catedral de Oaxaca y un exuberante Templo de Santo Domingo son solo el comienzo de muchos descubrimientos.
Pero la verdadera magia de Oaxaca radica en su rica herencia gastronómica, al menos lo fue para mí que soy una comelona. Es un festival para las papilas gustativas, por ejemplo, en el Mercado Benito Juárez, pero también en las fondas donde encuentras el famoso mole, un platillo muy complejo que es la culminación de siglos de tradición culinaria. Y claro, ¡el mezcal oaxaqueño es famoso por algo! ¿Ya sabes cómo se brinda?
Oaxaca es naturaleza. Hierve el Agua es una maravilla natural de cascadas petrificadas, o la Sierra Norte con sus senderos que te llevan a pueblos indígenas donde se puede palpar la autenticidad de la cultura local.
Oaxaca es mucho más y además con artesanías, textiles, cerámica, pero sobre todo aquí es tradición.
5. Acapulco: Mucha playa pero también muchas historias
El lugar donde el sol brilla con más entusiasmo que un niño en la víspera de su cumpleaños y las olas te llaman como si fueran tus mejores amigos. Prepara el bronceador o la crema solar pero también un cambio para ponernos guapas, Acapulco es relax, es aventuras y tiene su toque glamuroso.
Déjame contarte algo curioso: Acapulco fue el puerto favorito de piratas en el pasado. Sí, antes de que los turistas invadieran estas playas con sus sombrillas, toallas y hieleras, los piratas encontraban refugio aquí.
Acapulco es famoso, entre otras cosas, por la Quebrada de Acapulco, donde los intrépidos clavadistas se lanzan desde acantilados con la gracia de un pájaro. Y, por supuesto, no podemos olvidarnos de la comida, el ceviche fresco, la morisqueta y el pescado a la talla son solo un adelanto de los manjares que se encuentran en los mercados y en los restaurantes locales.
6. Puerto Vallarta: Un escenario de película
Hace décadas, este pueblo de pescadores se transformó en un destino de renombre internacional, ¡y todo comenzó con un clásico de Hollywood! La filmación de la película «La Noche de la Iguana» en los años 60, con Elizabeth Taylor y Richard Burton, puso a Puerto Vallarta en el mapa y lo convirtió en el secreto mejor guardado de la costa del Pacífico.
Hoy en día, las calles empedrados y los edificios coloniales cuentan la historia mientras exploras. Pero la verdadera joya de Puerto Vallarta es su Malecón, un paseo marítimo lleno de esculturas y sobre todo, ¡el atardecer!
Además, es un lugar perfecto para bucear en las aguas cristalinas de la Bahía de Banderas y descubrir la vida submarina. ¡Aquí también el tema son los mariscos!
Para una inmersión en la autenticidad local, nada mejor que los mercados y el Mercado Municipal de Puerto Vallarta es el mejor ejemplo.
7. Chiapas: Selva, ruinas y maravillas escondidas
Chiapas es como una caja de sorpresas, al menos lo ha sido para mí que como mexicana he ido tres veces y siempre descubro y vivo algo nuevo. Me parece un estado fascinante.
Está enclavado en el sureste de México y puedes encontrar desde las majestuosas ruinas de Palenque, que te transportarán a la época de los antiguos mayas, hasta las místicas cascadas de Agua Azul. ¿Sabías que en Chiapas se encuentra el Cañón del Sumidero, una garganta rocosa que se abre en el paisaje como si la tierra misma hubiera dejado caer su mandíbula de asombro?
Y aquí va otra joya: Chiapas es hogar de la Marimba, un instrumento musical que forma parte de las tradiciones musicales de México.
La historia de Chiapas es tan intrigante como sus paisajes. Desde su papel crucial en la lucha por la independencia de México hasta su rica herencia indígena, es como un libro de historia con páginas llenas de valentía y transformación. Pero no todo es seriedad en Chiapas. De hecho, la gente local tiene un sentido del humor tan cálido como sus aguas termales. Puedes encontrarte con bromas y chistes locales que te sacarán una sonrisa, como el que dice que aquí las montañas se peinan todos los días para recibir a los visitantes con su mejor aspecto. Y bueno, no importa a donde vayas de México, el tema de la comida… ¿Ya sabes, no?
8. Los Cabos y la península de Baja California: el verdadero paraíso de México
Ok, ok, puede que me haya pasado poquito con el título pero es que mientras más conozco el mundo y México, más reconozco la propia riqueza de mi querida región. Sí, yo soy de Tijuana, Baja California, muy al norte pero me siento parte del resto de las ciudades y, no se lo digas a nadie, pero en el sur de esta región está una de mis ciudades favoritas del mundo mundial: La Paz.
En esta región de México se combinan paisajes desérticos, playas vírgenes y una mezcla única de culturas. Esta península es como un lienzo en blanco, listo para ser explorado. Desde la locochona Tijuana hasta los tesoros escondidos de La Paz, cada lugar tiene su propia personalidad y encanto.
¿Sabías que aquí puedes disfrutar del espectáculo natural de la ballena gris, que viaja miles de kilómetros para dar a luz en las cálidas aguas de Baja California?
Además, la Península de Baja California tiene una historia fascinante. Desde las misiones españolas que dejaron su huella en el desierto hasta la rica herencia de las comunidades indígenas, cada piedra tiene una historia que contar. Y hablando de historia, ¿sabías que Baja California es hogar de algunas de las pinturas rupestres más antiguas de América? Es como si las rocas fueran lienzos que nos llevan a través del tiempo.
Y como lo he dicho, la gastronomía mexicana está en cada rincón y Baja California no es la excepción, incluso aquí nació la cocina BajaMed, una experiencia culinaria única. Donde por supuesto no pueden faltar los mariscos frescos, los vinos locales y la cerveza artesanal.
Como verás, elegir cuál será tu próxima parada en México puede resultar tan desafiante como intentar decidir si eres más de tequila o de mezcal. Por eso, cuando me preguntan sobre las opciones para viajar por México a veces solo puedo soltar un «¡uf!» acompañado de una sonrisa cómplice. Pero ¡no te preocupes! Aquí espero haberte ayudado, y como le digo a mis amigas mexicanas cuando viajan a España, ¡tampoco tienes que venir pensando que nunca volverás!